Tengo la
gran suerte de que los miles de amigos de mi página de Facebook son de una
calidad extraordinaria: poseen un alto nivel de tolerancia, de inteligencia, de
madurez. A menudo los hilos de sus conversaciones son fascinantes; en más de
una ocasión, me han servido de base para algún artículo. Pero resulta que,
incluso en ese colectivo tan especial, los días posteriores al atentado de
París, que es cuando escribo esto (ya saben que este artículo tarda dos semanas
en imprimirse), hubo unos cuantos comentarios chirriantes. No muchos, pero sorprendentes en una
página habitualmente tan sosegada.
Me refiero a
violentos exabruptos
contra todos los musulmanes, insultos a los supuestos progres necios
que según ellos serían los culpables de todo y, por supuesto, a la repetitiva
cantinela de “nunca hemos visto a los árabes criticar estos atentados”. Lo cierto es que tanto con Charlie
Hebdo como ahora ha habido manifestaciones de musulmanes y condenas de
imanes, pero, ya se sabe, sólo vemos aquello que estamos dispuestos a ver. Pero
esto no fue todo; también hubo comentarios crispados desde el otro lado, es
decir, ardientes partidarios de las teorías conspirativas que, en diversos
grados de creciente paranoia, llegaban a decir que estos atentados los han
cometido Israel y la CIA.
Como es
natural, tengo el ánimo aterido
desde el infierno de París. Bueno, a decir verdad ya me sentía acongojada desde
mucho antes; desde los presos quemados vivos en las jaulas, desde los rehenes
degollados, desde el avance brutal de estos monstruos arcaicos del terror y del
sadismo que conforman el ISIS. Es una angustia que va creciendo poco a poco,
como un huevo de serpiente anidado en la tripa; un día eclosionará y nos acabará
devorando desde dentro. El 9 de noviembre supimos que estos bárbaros habían
asesinado a 200 niños sirios. Tengo grabada la imagen de esa larga fila de
pequeños tumbados boca abajo, críos de seis o siete años; y los yihadistas
disparándolos. Cierto, hicimos mucho menos caso a esa matanza atroz que a las
muertes de París. El ISIS lleva mucho tiempo masacrando a miles de musulmanes,
y ni siquiera somos capaces de recordar las carnicerías más llamativas. París,
en cambio, nos ha roto el corazón. Es lógico: nos sentimos directamente
atacados. Nuestra reacción es comprensible y humana, aunque no deja de ser
lamentable que seamos así, es decir, que tengamos tanta facilidad para desdeñar
el horror que sufren los vecinos. Pero, en cualquier caso, conviene no olvidar
que el ISIS ha asesinado a muchos más musulmanes que occidentales. Son los
enemigos de todos, o deberían serlo. (…)
Creo que el reto que
afrontamos hoy es el más lleno de recovecos y contradicciones que he visto en
toda mi vida. Por un
lado, el ISIS ocupa ya un territorio mayor que Reino Unido y desde luego no lo
vamos a parar con velas de colores. Por otro, el propio Tony Blair admitió que
la guerra de Irak fomentó el yihadismo. ¿Cómo usar la fuerza, que será
necesaria? ¿Cómo conseguir que eso no se convierta en una catástrofe? ¿Cómo
fomentar una política paralela que apoye el desarrollo del islam moderado?
¿Cómo reducir la corrupción y la injusticia de nuestra sociedad, que empujan a
los jóvenes desorientados hacia la engañosa pureza épica de la guerra santa?
¿Y cómo defender mejor nuestra civilización occidental, hipócrita y miserable,
pero, aun así, tan valiosa? “Si crees que entiendes la mecánica cuántica, es
que no la entiendes”, dijo el físico y premio Nobel Richard Feynman. El mundo
de hoy es como la mecánica cuántica; simplificarlo burdamente en uno u otro sentido, desde la
furia ciega contra el islam a las conspiraciones del malvado Occidente, es
encaminarnos al desastre. O conseguimos encontrar el camino entre todos los matices del gris
o será un infierno.
11 - Resumen. (1 punto)
Tras
los atentados yihadistas de París han surgido comentarios intolerantes e
irrespetuosos que, o bien culpan a todos los musulmanes de los actos terroristas
o, en el extremo opuesto, atribuyen la responsabilidad a Israel y la CIA. La
repercusión de los atentados del islamismo radical es enorme cuando se producen
en Europa, aunque apenas se comenta nada de las masacres que el ISIS está
provocando en países que nos resultan más lejanos a los occidentales. Resulta
absurdo culpar a los musulmanes de los atentados pues la mayor parte de las
víctimas del terrorismo yihadista son precisamente musulmanes. Las causas del
yihadismo son tan complejas como la forma de solucionarlo. Es preciso no
simplificar pues se trata de un problema con infinidad de matices, pero lo que
está claro es que debemos afrontarlo entre todos.
22 - Comentario Crítico (Tema, estructura, actitud
e intencionalidad del autor, tipo de texto, valoración personal). (3 puntos)
El tema de este
fragmento es la necesidad de encontrar una solución al complicado problema del terrorismo
yihadista.
El texto se presenta externamente en cuatro párrafos en
prosa, encabezados por el título “Todos los matices del gris” que se refiere a
los múltiples matices entre el blanco y el negro que presenta el problema del
islamismo radical, es decir que se trata de un problema que no se puede
simplificar de ninguna manera.
En cuanto a la estructura interna, el texto podría dividirse en tres partes. La primera, que funciona como introducción,
abarcaría los dos primeros párrafos. En ellos la autora se refiere a los
comentarios extremistas e intolerantes que los atentados de París produjeron en
las redes sociales. La segunda parte, el cuerpo de la argumentación, se
corresponde con el segundo párrafo. En esta parte, la autora expone sus
argumentos en torno a que es muy simplista acusar a los musulmanes del
terrorismo yihadista, pues son precisamente ellos quienes más lo sufren, aunque
en occidente no nos queramos enterar. Se observa que entre el párrafo tercero y
el cuarto falta un fragmento, es posible que en el fragmento que falta se
expusieran más argumentos en torno a la idea que defiende la autora.
Finalmente, el cuarto párrafo funciona como conclusión: las preguntas retóricas sobre cómo enfocar el problema, que
no tiene respuesta, preceden a la tesis de la autora, que se expresa al final
del texto (“O conseguimos
encontrar el camino entre todos los matices del gris o será un infierno”.) y que se refiere a
la necesidad de encontrar entre todos la forma de solucionar este problema, que
es muy complicado y que no se puede simplificar con posiciones
extremistas. La autora repite aquí la expresión utilizada en el título “Todos
los matices del gris” para insistir en que para encontrar una solución será
necesario tener en cuenta todos los matices del problema.
Puesto que la tesis se encuentra al
final, como conclusión de la argumentación, decimos que el texto presenta una estructura de tipo inductivo.
La actitud de la
autora del texto, Rosa Montero, es subjetiva, crítica e indignada ante las
posturas extremistas e intolerantes que simplifican el problema. Por otra parte
se muestra muy afectada e impactada por la crueldad del terrorismo yihadista,
no solo en Europa, sino también en países como Siria, como se puede apreciar cuando
cita el horrible caso de los doscientos niños asesinados por el ISIS. A pesar
de que estos terribles actos le parecen de una enorme crueldad trata de
mostrarse racional y reflexiva pues considera que la solución tiene que ser
pensada y meditada entre todos los países, sin dejarse llevar por impulsos que
pueden resultar racistas o intolerantes y que pueden enfrentarnos entre
nosotros en lugar de unirnos frente al mal común.
La intencionalidad de
Rosa Montero con este artículo es hacernos ver que necesitamos buscar una
solución tolerante que respete a las dos culturas que hoy en día se ven
enfrentadas por diferencias sociales, para que este tipo de sucesos no sigan
ocurriendo. Y sobre todo, intenta que aprendamos a que porque unas personas
utilicen una religión para atentar contra las vidas de inocentes, no todos los
pertenecientes a esa religión son iguales que esos terroristas que se escudan
en la religión para realizar esos hechos atroces.
Respecto al tipo de texto, en cuanto a su
modo de discurso, se trata de un texto no literario, debido a que la autora
habla de la realidad, sobre un
tema actual como lo es el yihadismo y la falta de tolerancia y respeto de la
gente hacia las personas pertenecientes a la religión musulmana, sin utilizar
la función poética del lenguaje. Es un texto periodístico de opinión puesto que
es un artículo del periódico El País,
escrito por Rosa Montero en la fecha de 6 de Diciembre del 2015.
Según su modo de elocución, es un texto expositivo-argumentativo.
Es argumentativo porque la autora
defiende su propia opinión respecto a la forma de afrontar el terrorismo
yihadista, y defiende esta opinión aportando argumentos, en forma de ejemplos
de atentados islamistas contra los propios musulmanes, de forma que trata de
hacer ver que no se puede culpar a todos los musulmanes de lo que hacen un
grupo de fanáticos. El modo de elocución argumentativo se manifiesta en el uso
de la primera persona (tanto del singular como del plural) y de la presencia de
adjetivos valorativos (“chirriantes” ) y de léxico conntativo (“exabruptos”
burdamente”) para referirse a as actitudes intolerantes que está condenando.
Sin embargo, el modo de elocución expositivo se manifiesta también, pues
la argumentación se basa en hechos y no en opiniones personales, tratando de
convencer con argumentos objetivos (ejemplos de las atrocidades contra
musulmanes en Siria). Aparecen además recursos propios de los textos
expositivos, como son los relacionados con la función referencial: predomino de
oraciones enunciativas y de los verbos en modo indicativo.
Valoración personal
En mi opinión, Rosa
Montero ha enfocado el tema de forma muy acertada, sin dejarse llevar por las
emociones ante lo terrible de los atentados, sino tratando de aportar un punto
de vista sereno y racional para descalificar las posturas extremistas que
pueden llevar a la islamofobia o a enfrentarnos desde posiciones ideológicas
cuando más unidos deberíamos estar.
El lenguaje que utiliza
es sencillo y correcto, en todo caso respetuoso con todas las idelogías. No
incluye elementos literarios, aunque el adjetivo “aterido” para referirse a su
estado de ánimo ante lo horrible de los atentados me ha resultado llamativo,
por lo expresiva que resulta la metáfora, que identifica el ánimo, que no tiene
materia, con el cuerpo, que se puede congelar de frío, en este caso para
expresar que se quedó paralizada, sin poder reaccionar, muy impactada.
Desde mi punto de vista,
la autora tiene razón; muchas personas juzgan a todos los pertenecientes a la
religión musulmana como terroristas cuando no es así, y esta visión de esa
cultura se está viendo afectada por los miembros del ISIS que no solo atentan
con la vida de personas inocentes, sino que favorecen a que se piense que todos
los musulmanes son como ellos, básicamente por el hecho de que cometen esas
masacres escudándose en una religión.
También estoy de acuerdo
en que nos afecta más los atentados de
París que los ocurridos en oriente, cuando no debería de ser así, pero
simplemente por el hecho de ser nuestro país vecino nos podemos sentir más
“indefensos” y nos da cabida a pensar que podríamos ser los siguientes, sin
pensar que miles de personas han tenido que sufrir eso y mucho más todos los
días hasta que han decidido salir de su país y dejarlo todo como es el caso de
“Los Refugiados”.
Para concluir, el ultimo
subtema del que habla es de buscar una solución a este problema entre dos
culturas, la de Europa occidental y la musulmana u oriental, que se ven
enfrentadas por ciertas diferencias que nadie se atreve a solventar o
simplemente no se ha encontrado ninguna que favorezca a las dos partes, sino a
una de ellas dando igual la otra. Por ello creo que tiene razón y que se
debería de poner un remedio y encontrar una manera correcta, respetuosa y
tolerante para que estas dos culturas puedan convivir sin problemas como el
racismo, y de ahí es de donde viene el título de este artículo, que hay que
“encontrar ese camino entre todos los matices del gris”.
3 - ANÁLISIS SINTÁCTICO GLOBAL (1,5)
“Creo que el reto que afrontamos hoy es el más
lleno de recovecos y contradicciones que he visto en toda mi vida”.
P1à Creo. Oración principal.
*P2à Que el reto es el más lleno de
recovecos y contradicciones. Subordinada Sustantiva C. Directo.
P3 que afrontamos hoy
P4à que he visto en mi vida.
Estamos ante un
enunciado oracional formado por cuatro proposiciones. La oración principal es
P1 y su núcleo verbal es “creo”. P2 es una subordinada sustantiva con función
de complemento directo de P1, su núcleo verbal es “es” y va precedida del nexo
“que”. P2 tiene dos subordinadas, P3 y P4.
P3 es una subordinada
adjetiva que actúa como complemento del nombre, de su antecedente, “el reto”,
su núcleo verbal es “afrontamos” y va introducida por el pronombre relativo
“que” el cual realiza la función de complemento directo de su propia
proposición.
P4 es una subordinada
adverbial comparativa la cual tiene como núcleo verbal “he visto” y va
introducida por la conjunción “que” ,precedida del adverbio “más” que funciona como
partícula correlativa del nexo en su proposición principal (P2).
4 - Explica el significado conceptual de las
siguientes palabras y expresiones:
Chirriantes: Adjetivo referido a algo que produce un
ruido desagradable y agudo. En ese contexto se refiere a que los comentarios
irrespetuosos publicados en una red social culpando e insultado a los
musulmanes tras los atentados de París, le resultan a l autora tan
desagradables como ese tipo de sonidos.
Exabruptos: Sustantivo. Dicho o acción manifestada de
forma brusca o con enfado y de forma repentina. Con respecto al contexto de
este artículo, se refiere a los insultos violentos que recibieron los
musulmanes tras los atentados de París.
Aterido: Adjetivo. Helado, pasmado o yerto por el
frio. En el texto la autora en sentido metafórico, refiriéndose a su estado anímico tras los
terribles atentados de París.
Burdamente: Adverbio. Se dice de algo que se hace de
forma burda, es decir, tosca, basta o grosera. La autora se
refiere a la grosera simplificación que hace con respecto a la opinión que
tienen los pertenecientes a la Europa occidental de los orientales y viceversa.
Todos los matices del gris: El gris, en sentido metafórico, sería un
camino intermedio entre e blanco y el negro, es decir, entre posturas extremas
e irreconciliables. Con esta expresión, la autora se refiere a que el problema
del yihadismo en tan complejo que no se puede simplificar y que la solución
debe tener en cuenta todo los matices de los posibles puntos de vista.
5 - Comentar los mecanismos de cohesión semántica
de los dos primeros párrafos
Se entiende por cohesión
de un texto la manifestación explicita y lingüística de su coherencia interna,
mientras que la coherencia afecta a la estructura profunda de un texto, la
cohesión se refiere a la estructura superficial. Para que un texto este
cohesionado sus partes deben de estar conectadas entre sí a través de los
mecanismos lingüísticos. Los mecanismos semánticos de cohesión manifiestan la
relación del léxico utilizado por el autor en torno al tema central del
texto.
Los mecanismos
semánticos de cohesión se basan en la repetición del significado o significante
de las palabras que forman el texto. De esta forma, hablamos de recurrencia
léxica cuando lo que se repite es una misma palabra o lexema, y de recurrencia
semántica cuando se repiten las ideas o significados a los que las palabras se
refieren. Existen tres tipos de recurrencias: repetición, sustitución y
relaciones léxico-semánticas.
En el fragmento a
comentar, el tema es la falta de tolerancia y
respeto de la sociedad occidental hacia las personas
pertenecientes a la religión musulmana. Así pues nos centraremos en
comentar cómo las palabras que se relacionan con esta idea contribuyen a la
cohesión del texto.
Dentro de los mecanismos
de repetición tenemos la repetición léxica, que consiste en la reiteración
de una o más palabras en sucesivos enunciados. La repetición léxica contribuye
a la cohesión insistiendo en aquellas palabras clave dentro del texto, por referirse
al tema central. En el fragmento a comentar, las palabras que se repiten son:
página (2), comentario (2), artículo (2), musulmanes (2). Estas repeticiones se
refieren por tanto a los comentarios sobre los musulmanes aparecidos en los
medios de comunicación.
Un procedimiento
contrario al de la repetición es el de la sustitución de las palabras clave
del texto por otras semánticamente afines. La sustitución como mecanismo de
cohesión se utilizan para evitar excesivas repeticiones de palabras, lo que
podría suponer cierta pobreza léxica por parte del autor. Así, mediante la
sustitución se repiten lo significados clave pero evitando repetir la misma
palabra. En nuestro texto fragmento
encontramos los siguientes mecanismos de sustitución:
·
Sinonimia
conceptual: Son palabras con
el mismo o parecido significado en todos los contextos:
o “Exbruptos” – “insultos”
·
Sinonimia
correferencial o
contextual. Son sinónimos correferenciales aquellos términos que no son
sinónimos en todos los contextos, pero que en un contexto dado sí se refieren a
lo mismo.
o “Conversaciones” – “comentarios” (en el
contexto se refiere a comentarios en las redes sociales, que se realizan en
forma de conversaciones, pues se responden unos a otros.
·
Sustitución
por hiperónimos. Un
hiperónimo es un término más genérico que incluye semánticamente a otro. En
ocasiones se utiliza el término genérico (hiperónimo) para evitar repetir una
palabra. En el texto hemos encontrado los siguientes:
o “colectivo” es un hiperónimo que
sustituye en el texto a “amigos de mi página de Facebook”
o “musulmanes” es el hiperónimo que se
utiliza para no repetir “árabes” (todos los árabes son musulmanes, aunque no
todos los musulmanes sean árabes)
o “Manifestaciones” – “condenas”, puesto
que una “condena” en el sentido utilizado en el texto es un tipo de “manifestación”
pública, en este caso de repulsa a los atentados..
·
Sustitución
por términos figurados.
Sustituir una palabra por otra usada en sentido figurado metafórico:
o “Chirriante” – “crispado”. El término “chirriante”
está usado en sentido figurado, pues el tono crispado u ofensivo le molesta a
la autora como un sonido desagradable.
Los mecanismos
de relación consisten en utilizar palabras relacionadas por su significado
y que insisten también en las ideas clave del texto. Las relaciones semánticas
pueden ser las siguientes:
·
Antonimia.
Palabas de significados contrarios, que
pueden resaltar una idea que se quiere destacar, mediante el contraste.
o
“Sosegado”
/ “violento” refiriéndose al contraste del tono de los comentarios en las redes
sociales antes y después de los atentados.
·
Campo
semántico: Palabras de la
misma categoría gramatical que se relacionan por su significado.
o
Campo semántico del Islam: Musulmanes /
árabes / imanes
o
Campo semántico de cualidades morales
positivas: tolerancia / inteligencia / madurez
·
Campo conceptual:
Palabras que pueden ser de categorías gramaticales distintas, incluso de campos
semánticos diferentes, pero que en un contexto dado establecen realciones de
significado:
o
Campo conceptual del periodismo: artículo,
escribir, imprimirse
·
Familia léxica:
Palabras que comparten la misma raíz y son por tanto derivadas de otra. En los
fragmentos a comentar no encontramos ningún ejemplo.
En conclusión podemos observar que
os mecanismos de repetición, sustitución y relación se establecen en torno a la
idea central de comentarios periodísticos sobre los musulmanes. El texto no
presenta excesivas repeticiones, lo que denota la a autora está cuidando su
estilo y prefiere utilizar términos equivalentes a repetir la misma palabra.
6 - VALOR ESTILISTICO DE LOS VERBOS DEL ÚLTIMO PÁRRAFO:
En el último párrafo encontramos las
siguientes formas verbales:
-MODO INDICATIVO:
* PRESENTE:
Creo (1ªps), afrontamos (1ªpp), es (3ªps), ocupa (3ªps), Empujan (1ªpp), crees
(2ªps), entiendes (2ªps). Vamos (1ªpp). Conseguimos (1ªpp) .
* PRETERITO
PERFECTO SIMPLE: Admitió (3ªps), fomentó (3ªps), dijo (3ªps).
* FUTURO:
Será (3ªps).
* PRETERITO
PERFECTO COMPUESTO: He visto (1ªps).
-MODO SUBJUNTIVO:
* PRESENTE:
Se convierta (3ªps), apoye (3ªps).
-FF NO PERSONALES:
*
INFINITIVO: Usar, conseguir, fomentar, defender, simplificar(lo),
encaminar(nos).
En el
texto predominan las formas del modo indicativo,
este se usa para expresar acciones o hechos que el hablante entiende como
reales y se relaciona por tanto con la objetividad y con la función
referencial.
Dentro
del modo indicativo predomina el tiempo del presente debido a que la autora se refiere a la actualidad, en
concreto a las reacciones a los recientes atentados de Paris. El presente de
indicativo se refiere al momento del habla, sin embargo, al tener aspecto
imperfectivo (de acción no terminada) tiene límites temporales imprecisos y admite
por tanto distintos valores, tanto en uso recto de presente como en unos
desplazados de futuro, pasado o imperativo.
·
Presente durativo. Se diferencia del presente
actual en que la acción se produce no solo en el momento puntual de la
comunicación, sino que se prolonga en un tiempo presente más amplio: que viene
del pasado y llega hasta un futuro próximo e indeterminado). Con este valor
encontramos la gran mayoría de los presentes de indicativo del texto ( “creo”,
“es”, “ocupa”, “crees”, “entiendes” , y “afrontamos”
·
También encontramos el presente con un valor habitual “empujan” pues el hecho al que
se refiere se produce ahora y en muchas otras ocasiones, en este caso el hecho
de que muchos jóvenes se alisten e las filas yihadistas movidos por situaciones
de injusticia social.
·
Por último,
encontramos dos presentes en un uso desplazado con valor de futuro
“conseguimos (encontrar)” y “vamos a parar”, estos dos casos los utiliza Rosa
Montero para referirse al futuro, en cuanto al hecho de la necesidad de
encontrar una solución o atenderse a unas consecuencias nefastas.
El
futuro imperfecto de indicativo “será” el cual expresa una acción que se
realizara en un tiempo futuro sin referirse al final. Se utiliza cuando el
cumplimiento del hecho al que se refiere se da por seguro, pues expresa
certeza. En este caso, la autora lo utiliza para asegurar la catástrofe a la
que nos enfrentamos si no se soluciona el problema yihadista.
Encontramos
tres formas en el pretérito perfecto simple, los cuales expresan acciones
que han sucedido en el pasado con aspecto perfectivo, es decir que se entienden
como ya terminados ( “admitió”, “dijo”). Este tiempo es el más habitual en las narración de hechos que
ya han sucedido. En este caso para referirse a declaraciones de Tony Blair o
del físico que se cita; ambos son verbos de habla (dicendi).
El
pretérito perfecto compuesto de indicativo expresa también acciones pasadas y
terminadas, pero que se prolongan hasta el presente o que el hablante entiende
como cercanas en el tiempo. La forma “he visto” se refiere a toda la vida de la
autora, incluyendo también el momento presente.
En
cuanto al modo subjuntivo.
También
podemos encontrar el modo subjuntivo relacionados con la subjetividad, es decir
para referirse a acciones que el hablante entiende como dudosas o deseables y que
se relaciona con la función emotiva o expresiva del lenguaje.
Hay dos
únicas formas en el modo subjuntivo y ambas están en el presente “se convierta”
y “apoye”, las formas en el presente del subjuntivo expresan deseos o dudas ya
que el hablante no tiene mucha seguridad de lo que podrá pasar, ya que
normalmente el presente del subjuntivo se utiliza para acciones o hechos que no
han sucedido todavía y que no hay mucha seguridad de que ocurran. En este caso
la autora del artículo se pregunta si en un futuro se podrá encontrar una
solución a los problemas que hay en la sociedad actual y como no está muy
segura de ello, utiliza el modo subjuntivo.
Por último
podemos encontrar seis formas no personales, todas ellas en infinitivo. El
infinitivo no muestra desinencias de persona, tiempo ni modo, pero sí expresa
aspecto imperfectivo, es decir de acción no terminada considerda en su
desarrollo, con un valor
progresivo: “usar”, “conseguir”, “fomentar”, “defender”, “simplificar(lo)”, “encaminar(nos)”;
todas ellas se utilizan en las preguntas retóricas que se refieren a acciones
que deberían acometerse para solucionar la problemática del terrorismo global.
La persona verbal utilizada
mayoritariamente es la 3ª del singular y plural y construcciones impersonales,
relacionadas con la función referencial del lenguaje. Sin embargo se encuentra
una 1ª persona del singular (“he visto”) con lo que la autora se refiere a su
propia experiencia y la primera persona del plural (“conseguimos”, “vamos”)
mediante las que la autora se refiere a sí misma y a los lectores, y que nos
implica a todos en el problema del terrorismo. Hay que señar las 2ª persona del
singular (“crees”, “entiendes”) utilizadas dentro de la cita del Premio Nobel ´de
física y que tienen en realidad un sentido impersonal (cualquier persona que
cree que entiende la física en realidad no la entiende), que tiene un unos
coloquial y que implica directamente al lector.
En
cuanto al significado de los verbos,
además de los verbos de habla (“dijo” “admitió) que ya mencionamos, encontramos
también verbos de opinión y pensamiento “creer” “entender” y algunos de acción relacionados
con la forma de solucionar el problema “afrontar” “conseguir”.
En conclusión, según el análisis que hemos
realizado, podemos afirmar que predomina en el uso de los verbos los rasgos
propios de la función referencial (predominio del modo indicativo y de la
tercera persona) que se relaciona con los textos expositivos y también rasgos
de la función expresiva y conativa propia de los textos argumentativos (uso de
la primera y la segunda persona y construcciones interrogativas con verbos en infinitivo,
verbos de opinión), lo que sería propio de los textos de modalidad expositivo-argumentativa
como el que nos ha ocupado.
(
No hay comentarios:
Publicar un comentario