miércoles, 14 de marzo de 2018

PRUEBA PILOTO EBAU RESUELTA. HABLEMOS CLARO - RÉQUIEM


COMENTARIO DE TEXTO
Texto 1:
Hablemos claro
La desigualdad entre hombres y mujeres es una lluvia que impregna nuestro modo de estar en el mundo. En ocasiones es amarga y mina la proyección femenina. Otras, es corrosiva y pone en riesgo la integridad física: 36.000 mujeres han denunciado haber sufrido violencia machista en los últimos tres meses.
Hablamos mucho de los males. Nos centramos en visibilizar el problema, a menudo nos perdemos en anécdotas, pero quizá no ponemos tanto rigor en reclamar responsabilidades. Hablemos claro: la minusvaloración de la mujer perjudica a ellas y beneficia a ellos. Cada vez que una mujer es apeada de un cargo o ve limitado su sueldo o es ofendida o maltratada por su condición de mujer, hay un hombre que se beneficia de ese cargo o que se siente apuntalado en su hombría.
El combate de esta realidad no pasa por una guerra entre sexos, los hombres también son víctimas de los roles patriarcales. Pero para conseguir la igualdad, ellos deben renunciar a unos privilegios que se extienden a todos los ámbitos.
Bastan tres ejemplos: Si la maternidad cercena las carreras profesionales femeninas, ¿por qué no es obligatoria la baja paternal? ¿Es aceptable que la Junta de Portavoces del Congreso de Diputados esté formada solo por hombres? Los medios que apuestan por articulistas machistas, ¿son conscientes de que fomentan la discriminación? Al final, ellas son las despreciadas, agredidas o asesinadas. Y todos los males brotan de una misma desigualdad.
Emma Riverola. El país digital


1.      Esquema del contenido del fragmento.
·         Presencia absoluta de la desigualdad entre hombres y mujeres.
o   Dos Niveles:
§  En la relevancia social
§  Agresiones físicas.
o   Falta de una respuesta efectiva.
o   Beneficio de los hombres a costa de la desigualdad
§  En el ámbito laboral: acaparación  de puestos
§  En el ámbito doméstico: Supremacía machista
·         El enfrentamiento no es la solución.
o   Los hombres, también víctimas del rol machista.
o   Necesidad de renuncia a sus privilegios
ˉ   Obligatoriedad de la baja paternal
ˉ   Equiparación en el congreso de los Diputados
ˉ   Eliminación del machismo en los medios de comunicación.
·         Distintos grados de desigualdad, pero idéntico origen:
o   Las mujeres siempre son victimas

2.      Tipología textual (género y modo de elocución). Justificación con elementos lingüísticos.
Se trata de un texto periodístico de opinión, ya que esta publicado en un periódico, en este caso digital, y aborda de forma subjetiva un tema de actualidad y de interés social. Estos artículos están dirigidos a un público muy amplio, que son los lectores que leen la prensa digital y que pueden tener intereses muy diversos. La autora, Emma Riverola, firma con su nombre y por tanto se responsabiliza de sus opiniones. Los articulistas de opinión  no tienen por qué ser periodistas, en este caso puede que se trate de una activista del feminismo por la forma en la que aborda el problema. El lenguaje que se utiliza es propio del registro formal estándar, usual en los medios de comunicación. No se emplean vulgarismos ni coloquialismos, tampoco tecnicismos,  aunque sí algunas palabras propias de un registro más culto, como “cercenar” o “mirar”, también encontramos recursos estilísticos como la metáfora “una lluvia que impregna todo”. Por esto podemos decir que está destinada a un público de cierto nivel cultural.
En cuanto a la subjetividad, propia de todos los textos de opinión, podemos observar que no aparece la primera persona del singular, sino que la autora manifiesta su puesto de vista desde la primera persona del plural, ya desde el titulo “Hablemos claro” y en los dos primeros párrafos (“hablamos” “nos centramos” “no ponemos”). La primera persona del plural le sirve a la autora para posicionarse dentro de un colectivo que englobaría a toda la sociedad, de forma que la subjetividad queda más diluida ya que también implicaría a los lectores. Este uso de la primera persona del plural se relaciona con las funciones expresiva y conativa de la lengua, sobre todo con esta última, pues hace partícipes a los receptores del problema en cuestión.  
Sin embargo, destaca el uso de la tercera persona en los dos párrafos siguientes, que junto con el uso del modo indicativo y el léxico denotativo se relaciona con la función referencial. Esto ocurre porque, a pesar de ser un texto de opinión, la autora trata de convencer mediante argumentos objetivos, basados en la realidad, y deja sentado que se argumentación se sustenta sobre verdades incuestionables.
No obstante también encontramos en esta segunda parte del texto elementos que se relacionan con la función expresiva y con la subjetividad: la fuerte carga connotativa de la enumeración con gradación ascendente “despreciadas, agredidas y asesinadas”. Encontramos asimismo abundante léxico connotativo, que posiciona a la autora dentro de los ámbitos feministas “roles patriarcales”, “violencia machista” así como adjetivos valorativos de carácter negativo hacia la discriminación de la mujer “amarga” “corrosiva”. Por otra parte, la serie de preguntas retóricas “¿por qué no es obligatoria la baja paternal? ¿Es aceptable que la Junta de Portavoces del Congreso de Diputados esté formada solo por hombres?”  parece destinada a conmover la conciencia de los lectores y que se relacionaría con la función conativa.   
En cuanto al modo de locución, se trata de un texto expositivo-argumentativo de estructura inductiva pues la tesis (“Y todos los males brotan de una misma desigualdad.”)  aparece al final del texto. Es argumentativo porque trata de convencer a los lectores de la tesis (el injusto trato de la mujer en la sociedad tiene distintos grados pero un único origen: la desigualdad). Pero el texto presenta también elementos propios de los textos expositivos.
     Rasgos propios de los textos argumentativos: Primera persona del plural, que engloba emisor y receptores. Verbos en subjuntivo (“Hablemos”). Además aparecen los elementos de subjetividad a que nos hemos ya referido: léxico connotativo, adjetivos valorativos y figuras retóricas como metáfora, enumeraciones e interrogaciones retóricas.
     Rasgos propios de los textos expositivos:
No aparecen verbos de opinión ni el uso de la 1ª persona del singular. Predominio de la 3ª persona y de construcciones impersonales, junto con el modo indicativo en la segunda parte del texto. Abundancia de léxico denotativo y de sustantivos abstractos “los males” “el rigor”. Estos rasgos se dan especialmente en la segunda parte del texto (los dos últimos párrafos).
En conclusión, el artículo es un texto expositivo argumentativo, pues, aunque trata de convencer de una tesis, predominan los procedimientos de objetividad. Esto se debe a que, a pesar de ser un texto muy subjetivo, incluso con opiniones que pueden suscitar polémica, la autora prescinde de elementos propios de la función expresiva: oculta el “yo” y elementos valorativos, pues trata de convencer por los hechos y no por a opiniones. De este modo, los procedimientos lingüísticos que predominan son los relacionados con la objetividad y por tanto con la función referencial.

3.      Valoración personal del texto.

En mi opinión, la autora de este artículo trata el tema de la desigualdad de género de forma muy seria y defiende su tesis con argumentos muy sólidos, sin embargo no puedo coincidir con algunas de sus opiniones.
Es verdad que la falta de derechos de la mujer sigue siendo un problema importante, y esto se ve reflejado día a día en cada pueblo y ciudad del mundo. Como bien dice la autora, siempre se dice mucho de que hay que cambiar las leyes y condiciones de vida para que los dos géneros estén más igualados. En nuestro país la igualdad a nivel legal hace tiempo que está reconocida, y sin embargo la igualdad de hecho en todos los ámbitos está aún por conseguir.
Sin embargo, en mi opinión el principal obstáculo para la solución del problema está en el mismo problema y no se puede culpabilizar solo a los hombres. Más que un problema de que los hombres se crean superiores, cosa que en mi opinión no ocurre de forma mayoritaria, creo que el principal obstáculo para solucionar las desigualdades está en las propias mujeres, que a veces tienen miedo de alzar la voz y no expresan claramente sus puntos de vista.
Por otra parte, la autora olvida que, aunque las agresiones físicas machistas son las de mayor repercusión en los medios de comunicación, no son las únicas que existen. Muchos hombres también sufren de maltrato de sus parejas y la mayoría de estos casos no se denuncian por miedo al rechazo social. A este respecto yo considero que si pedimos derechos y respetos a las mujeres, deberíamos hacer lo mismo para esa minoría de hombres que también sufren.
En cuanto a la forma de elocución, la autora se expresa desde la crítica personal (es un texto subjetivo aunque nos presenta datos para intentar convencernos de su propia opinión) y su postura a mi modo de ver es un tanto extremista y descentrada, pues se fija solo el lado negativo de los hombres y generalizando a todos por igual. Es un momento para cambiar sí, pero no hay que sembrar desigualdad entre nosotros como sociedad sino caminar juntos en la misma dirección para acabar con el problema.


Texto 2:
Cuando no quedaba nadie en la plaza, sacaron a Paco y a otros dos campesinos de la cárcel, y los llevaron al cementerio, a pie. Al llegar era casi de noche. Quedaba detrás, en la aldea, un silencio temeroso.
El centurión, al ponerlos contra el muro, recordó que no se habían confesado, y envió a buscar a mosén Millán. Éste se extrañó de ver que lo llevaban en el coche del señor Cástulo. (Él lo había ofrecido a las nuevas autoridades.) El coche pudo avanzar hasta el lugar de la ejecución. No se había atrevido mosén
Millán a preguntar nada. Cuando vio a Paco, no sintió sorpresa alguna, sino un gran desaliento. Se confesaron los tres. Uno de ellos era un hombre que había trabajado en casa de Paco. El pobre, sin saber lo que hacía, repetía fuera de sí una vez y otra entre dientes: «Yo me acuso, padre..., yo me acuso, padre...». El mismo coche del señor Cástulo servía de confesionario, con la puerta abierta y el sacerdote sentado dentro.
El reo se arrodillaba en el estribo. Cuando mosén Millán decía ego te absolvo, dos hombres arrancaban al penitente y volvían a llevarlo al muro.
El último en confesarse fue Paco.
-En mala hora lo veo a usted -dijo al cura con una voz que mosén Millán no le había oído nunca-. Pero usted me conoce, mosén Millán. Usted sabe quién soy.
-Sí, hijo.

-Usted me prometió que me llevarían a un tribunal y me juzgarían.
-Me han engañado a mí también. ¿Qué puedo hacer? Piensa, hijo, en tu alma, y olvida, si puedes, todo lo demás.
-¿Por qué me matan? ¿Qué he hecho yo? Nosotros no hemos matado a nadie. Diga usted que yo no he hecho nada. Usted sabe que soy inocente, que somos inocentes los tres.
-Sí, hijo. Todos sois inocentes; pero ¿qué puedo hacer yo?
-Si me matan por haberme defendido en las Pardinas, bien. Pero los otros dos no han hecho nada.
Paco se agarraba a la sotana de mosén Millán, y repetía: «No han hecho nada, y van a matarlos. No han hecho nada». Mosén Millán, conmovido hasta las lágrimas, decía:
-A veces, hijo mío, Dios permite que muera un inocente. Lo permitió de su propio Hijo, que era más inocente que vosotros tres.
Ramón J. Sender, Requiem por un campesino español
4.      Análisis sintáctico global redactado de la siguiente oración: El centurión, al ponerlos contra el muro, recordó que no se habían confesado, y envió a buscar a mosén Millán.
P1.  El centurión recordó à Oración Principal
P2. 
Y
 
al ponerlos contra el muro à Oración Subordinada Adverbial de tiempo; sin nexo
P3.  Que no se había confesado à Oración Subordinada sustantiva de CD; nexo: “que” à conjunción completiva (sin  función sintáctica)
P2. 
 

P4.  envió à coordinada copulativa con P1 “y”
P5.  A buscar a mosén Millán à Oración Subordinada Sustantiva C. Régimen; sin nexo
El enunciado oracional está compuesto por dos oraciones principales que entre si son coordinadas copulativas P1 y P2 mediante la conjunción copulativa “y” sin función sintáctica. P1 incluye a P2 y P3, que estas están al mismo nivel,  P2 es una subordinada adverbial de tiempo, no está introducida por un nexo ya que su núcleo es un verbo en infinitivo al que precede una preposición “a + el”; P3 es una subordinada sustantiva que hace función de complemento directo, esta introducida por el nexo “que” que es una conjunción completiva sin función sintáctica. P4 incluye a P5 que es una subordinada sustantiva de complemento de régimen, no está introducida por un nexo ya que va introducido por un verbo en infinitivo al que le precede una preposición “a”.


5.      Estilística de las formas verbales de las 14 primeras líneas.

Clasificación de las formas verbales:
-Indicativo:
            - Pretérito imperfecto: quedaba, llevaban, hacía, repetía, servía, decía, arrodillaba, era, arrancaban, volvían, había
            - Pretérito perfecto simple: sacaron, llevaron, recordó, envió, extrañó, vio, sintió, confesaron, pudo, dije, fue
            - Pretérito pluscuamperfecto: habían confesado, había atrevido, había trabajado, había oído, había ofrecido
            - Presente: acuso, veo, conoce, sabe, soy.

-Formas no personales
-Infinitivo: llegar,  buscar, saber, llevarlo, confesarse
-Participio: sentado

El modo verbal de todos los verbos del fragmento conjugados es el Indicativo. Este modo se relaciona con la función referencial del lenguaje, pues es el que se utiliza para referirse a acciones que el emisor entiende como reales. En este caso, al tratarse de un texto narrativo, aunque sea de ficción, el narrador relata los sucesos como si hubieran ocurrido realmente.

El tiempo verbal predominante es el pretérito perfecto simple de indicativo (“sacaron”, “llevaron”, “recordó”, “extraño”, “vio”, “sintió”, “confesaron”, “era”), que indica una acción que ha ocurrido en el pasado, se utiliza normalmente en los textos narrativos como ocurre en este caso, en que lo utiliza el narrador para dar cuenta de los hechos que ya han ocurrido, dado el aspecto perfectivo de este tiempo verbal.  No expresa matices significativos, ya que indican una acción pasada sin ninguna conexión con el presente, la acción ha terminada totalmente.
En cuanto al pretérito imperfecto de indicativo (“hacia”, “repetía”, “servía”, “decía”, “volvía”, “quedaba”, “quedaba” “llevaban”, “arrancaban”), se utiliza, en su uso recto para referirse a acciones pasadas que se prolongan en el tiempo, dado su aspecto imperfectivo, que no precisa el final. Es utilizado en descripciones dentro de narraciones o acciones pasadas con un sentido durativo. En este caso el narrador los utiliza para describir los momentos de la ejecución de Paco.
En cuanto al pretérito pluscuamperfecto de indicativo (“habían confesado”, “había ofrecido”, “había atrevido”, “había trabajado”, “había oído”), expresa un una acción pasada y terminada, anterior a otra también terminada. En este caso se utiliza para relatar hechos anteriores al momento de la ejecución.
La persona verbal utilizada en todos estos tiempos del pasado es la 3ª persona del singular, cuando el sujeto es el narrador omnisciente  o alguno de los personajes y del plural cuando se refiere a las acciones de los asesinos.
 Aunque la narración se realiza sobre hechos pasados, por lo que predominan los pretéritos, también encontramos algunas formas del presente de indicativo (“veo”, “conoce”, “sabe”, “soy”, “acuso”, “acuso”). En todos los casos, aparece en 1ª persona del singular, pues se utiliza en los diálogos, construidos desde el eje temporal del presente y en boca de Paco, que habla de sí mismo. El valor estilístico es el de presente actual, pues se refiere a un momento que coincide con el de la enunciación.
Por último, encontramos algunos verbos en infinitivo (“llegar”, “poner”, “preguntar”, “saber”), como todas las formas no personales, los infinitivos no expresan persona,  tiempo o modo, pero sí aspecto verbal. Los infinitivos presentan aspecto imperfectivo ya que la acción a la que se refieren está en proceso, sin referirse a su final.
Finalamente, y como conclusión, la mayoría de los verbos utilizados expresan acción en las partes narrativas, construidas desde el eje del pasado y en tercera persona. En tanto que en los diálogos dominan los verbos de estado –Paco habla de sí mismo- y en primera persona y en tiempo presente.

6.      Localización del fragmento en la estructura externa e interna de la obra.
La obra, en cuento a su estructura externa, no se divide en capítulos.
En cuanto a su estructura interna, se puede decir que tiene una estructura circular, ya que la novela comienza y acaba en un episodio en presente, en el que aparece mosén Millán en la sacristía de la iglesia. La novela presenta dos tipos de tiempos narrativos: el presente, en el que se encuentra el cura en la sacristía esperando a los feligreses, un año después de la muerte de Paco, y otro retrospectivo, en el que se narran a través de los recuerdos de mosén Millán la vida de Paco, desde su nacimiento hasta su muerte (hasta los 25 años), a través de distintas secuencias que se intercalan con las del presente. Además existiría otra tercera línea narrativa que sería el romance que va recitando el monaguillo mientras espera a que comience la misa de Réquiem, que en estas aparecería Paco como un héroe de leyenda.
En los episodios del presente, se repiten ciertas secuencias: la pregunta del cura al monaguillo de si los feligreses ya han llegado y la negación de este ante la pregunta; el cura como los ojos cerrados; y la intención de los tres ricos del pueblo en querer pagar la misa (en ella cada uno ofrece 10 pesetas para pagar dicha misa, estas hacen alusión a las 30 monedas que le dieron a judas por la traición a Cristo). Esto hace que parezca que el tiempo no pase.
En los episodios del pasado, el tiempo es más ágil. Podemos diferenciar dos etapas: la infancia y la adolescencia de Paco, que son mas parsimoniosas ya que el autor aprovecha para describir el panorama del pueblo y a sus habitantes; y los episodios que ocurren a partir de la boda de Paco hasta el día de su muerte, que se serian hechos mas acelerados.
Este fragmento se sitúa en los recuerdos de mosén Millán, justamente el día de la muerte de Paco el del Molino. Cronológicamente este episodio se da cuando Paco tiene unos 25 años, en el contexto cuando vienen los pijaítos al pueblo mandado por el duque para poner orden y matar a todo aquel que se hubiera opuesto a su poder. Este es el principal motivo por el que mosén Millán hace la misa de Réquiem, ya que es el responsable de la muerte de Paco al haber delatado el lugar en el que se escondía.

7.      Tema o temas de la obra presentes en el fragmento.

El tema principal de la obra que se percibe en el fragmento es el de la Guerra Civil. Sender trataba de explicar las causas de la guerra, que entiende como una guerra de contrarrevolución que pretendía terminar con un gobierno democrático que trataba de poner fin a situaciones de injusticia social. Así, en este fragmento, Paco representa al revolucionario idealista, esta consiente en todo momento de las injusticias que existen en su pueblo (Republica) y pretende acabar con estas. Para ello pretende quitar los privilegios de los ricos y darles mejores condiciones a los pobres.
Se muestra como las habladurías tergiversan las ideas de Paco, en el momento que Paco dice que es la hora de su “San Martin” a los ricos, queriendo quitar así algunos privilegios, pero que sin embargo interpretan como una amenaza de muerte. Lo que lleva querer acabar con la vida de Paco, antes de que este “pueda acabar con la de los ricos”, que correspondería con el fragmento en el que el cura concede decir sus pecados a Paco.
No se hace una referencia histórica detalladla, sino que esta se puede percibir con un carácter alegórico, en la que se percibe en la muerte de Paco. Cuando los pijaítos toman el pueblo (empieza la guerra civil) y Don Valeriano se alza como dictador  -Alcalde- (la instauración de Franco).
Otro tema que podemos encontrar en el fragmento es la dignidad del hombre. Paco aparece como un hombre digno, que lucha por todo aquello en lo que cree y que hace que mosén Millán se muestre cobarde y pasivo. Esto se percibe cuando Paco le ruega al cura que salven a los otros dos condenados que no son culpables, y este le responde lavándose las manos. Por esto mosén Millán espera el perdón de los feligreses al acudir a la misa.




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