La noche de Fin
de Año
Es la
noche más hortera, la más superficial, la que saca lo peor de nosotros: la
parte más absurda, más cretina, la que más nos asemeja al montón, el rincón
oscuro al que Dios no llegó cuando nos hizo a su semejanza. La noche de Fin de
Año es el retrete del paganismo, la fiesta soez del exceso más cutre. Lo de las
uvas revela un inquietante modo de relacionarse con la celebración, el ocio y
el buen augurio que se supone que nos deseamos.
En
casa, cuando aún estaba mi abuela, lo celebrábamos con cucharaditas de caviar.
También en Via Veneto, con Hortensio Ramos dando las campanadas con un mazo y
una olla. Son las dos únicas maneras adecuadas de celebrarlo: con la familia y
en casa, comiendo cosas que realmente predispongan a la felicidad, y a la
suerte que necesitamos, y no esas uvas que luego nos atragantamos y tenemos que
correr a los hospitales; o en Via Veneto, también con la familia, y con la olla
de Ramos, y tal vez brindando luego con algún amigo que también estuviera en el
restaurante. Todo lo demás, esta lamentable costumbre de quedar con los amigos
para ir a los más espantosos lugares, sólo conduce a la degradación y al
accidente. (…)
Educar
es reprimir pero si cuando es el momento explicas bien las cosas, luego no hace
falta reprimir tanto. Hay que educar a los hijos en el desprestigio de la noche
de Fin de Año y de tantas otras cosas que no hace falta ser un genio para ver
que no nos convienen. Sutilmente, cultamente, amorosamente hay que ir
inculcando la verdad desde la más temprana edad porque cuando llegan los 16,
los 17 y sobre todo los 18 cuesta mucho más abrirse paso entre gritos y
bofetones, y además no sirve de nada. Cada vez que «porque es costumbre» o
«porque es lo que todos hacen» o «porque sus amigos van» o «porque una noche
como ésta no le puedo decir que no», le permites a tu hijo –y ya no digamos a
tu hija- salir por Fin de Año estás comprando todos los números de la lotería
para que pruebe las drogas si es que no las ha probado, para que se emborrache
del modo más deleznable, para que se la lleven por delante en cualquier baño
del más sórdido antro –de modo voluntario, etílico o directamente forzado-, o
para que él sea el triste y criminal protagonista de estos desmanes: si aún
crees que no hay diferencia entre chicos y chicas, en las consecuencias de la
noche de Fin de Año podrás comprobarlo. Eso por no hablar de los accidentes
causados por un amigo que «ha bebido pero controla», o por cualquier
desconocido que piense lo mismo y te destroce la vida sin que tú, por una vez,
hayas hecho absolutamente nada.
Fin de
Año es un ensayo general para los padres. Si tu hijo te pide salir, algo habrás
hecho mal. Si te lo pide tu hija, tienes que volver a empezar.
Salvador Sotres, ABC, 01/01/2020
1. Esquema de las ideas del texto
(1 punto)
2. Tipo de texto: género y modo de
elocución. Justificar con los procedimientos lingüísticos más relevantes
(2 puntos)
3.
Valoración
personal (1 punto)
4.
Análisis
morfosintáctico del siguiente enunciado (1,5)
Educar
es reprimir pero no hace falta reprimir tanto si explicas bien las cosas cuando
es el momento.
5.
Valor
estilístico de los adjetivos del primer párrafo. (1,5)
6.
Estilística
de las formas verbales del segundo párrafo (1,5)
7.
Contexto
literario de La Casa de Bernarda Alba
y de su autor, Federico García Lorca. (1,5)
1) ESQUEMA DEL TEXTO
1. Superficialidad de la
noche de fin de año.
1.1 Hipocresía camuflada en la tradición de las navidades.
2. Maneras alternativas
de celebrarlo.
2.1 En familia, con caviar
en lugar de uvas
2.2 En un restaurante caro
3. Desenfrenos de las
celebraciones
3.1 Necesidad de advertir
a los hijos del peligro.
3.2 Inculcarlo desde la
infancia.
3.3 Terribles
consecuencias de la permisividad de los padres.
3.2.1 Consumo de
drogas y alcohol
3.2.2. Accidentes
3.2.3. Mayor peligro para
las chicas (violaciones).
2) En cuanto al tipo de
texto nos encontramos ante un texto no literario, un artículo
periodístico de
opinión publicado en el diario ABC y
firmado por Salvador Sostres. En todos los textos periodísticos de
opinión, como su nombre indica, los autores expresan sus opiniones sobre temas
de actualidad. Los artículos de opinión publicados en prensa diaria en papel
están destinados a un público amplio, muy general, aunque su ideología y los
pensamientos del articulista suelen coincidir con la ideología de los lectores,
que a su vez está condicionada por la línea editorial del periódico. En este
caso, el autor critica la superficialidad de las celebraciones y advierte del
peligro de permitir salir a los hijos a celebrar la Noche de Fin de Año. Critica
también la falta de autoridad por parte de los padres al permitir a sus hijos,
y sobre todo a sus hijas, salir durante esta noche pues, en la opinión del
articulista, las consecuencias pueden ser terribles.
El autor es un
escritor, periodista y articulista que trata un tema polémico, por lo que,
busca un lenguaje impactante, atractivo y creativo, aunque sencillo, accesible
a un público de cultura media, aunque parece dirigirse especialmente a los
padres de adolescentes. El autor firma con su nombre, por lo que, se
responsabiliza de sus opiniones y se muestra subjetivo. Utiliza un registro
estándar, en el que domina el enfado causado por las consecuencias de la noche
de fin de año. No emplea ni recursos literarios, ni cultismos, ni tecnicismos,
pero sí coloquialismos, aunque no muy frecuentes “bofetones” y “retretes”,
utilizados para acercarse al receptor. La función poética no es especialmente
destacada, aunque se manifestaría en la voluntad de estilo del autor y en la
búsqueda del lenguaje impactante al que nos hemos referido.
El escritor habla como
padre de una hija, pero también como persona con cierta autoridad, justificada
por su prestigio como tertuliano y articulista. Su intención fundamental es convencer
a otros padres de la necesidad de mantenerse firmes y no ceder ante las
peticiones de los hijos de salir a celebrar el Fin de Año con sus amigos.
Resulta llamativa su especial renuencia a permitir salir a las chicas, pues
considera que se enfrentan a mayores peligros que los chicos. El tono que utiliza
Sostres es muy apasionado y parece hablar con la libertad que le da una postura
personal de defensa de sus propias opiniones, que en cualquier caso busca
compartir con los lectores, aunque estable mayor cercanía con aquellos lectores
de ideas más conservadoras. La fecha de publicación del artículo es relevante,
ay que coincide con el día siguiente de la noche a la que el autor se refiere
con tanto rechazo.
El modo de elocución
principal que se utiliza es el argumentativo, utilizado en aquellos textos en
los que la intención principal de autor es defender la opinión y tratar de
convencer de ella a los lectores a través de unos argumentos. Este modo de
elocución se manifiesta en los recursos lingüísticos propios de las funciones
emotiva y conativa, que pasaremos a referir a continuación.
Los recursos
lingüísticos en los que se manifiesta la subjetividad, propios de la fusión
emotiva o expresiva son los siguientes:
·
Uso de la primera persona del plural, tanto en pronombres
personales como en desinencias verbales (“lo celebraremos”, “necesitamos”…) La
primera persona del plural suaviza la subjetividad, pues engloba a emisor en un
colectivo en el que también participan los lectores.
·
Uso del modo subjuntivo (“estuviera”, “piense”…)
·
Léxico connotativo (“bofetón”, “retrete”…)
·
Adjetivos fuertemente valorativos, para desprestigiar las
celebraciones de Fin de Año: “hortera” “cutre” soez”…
La función expresiva
aparece entremezclada con la conativa, la cual se manifiesta en los siguientes
procedimientos lingüísticos:
·
Uso de la 2ª persona del singular, con una sentido
generalizador, pero que también interpela directamente con el lector buscando
complicidad con él y con sus puntos de vista (“le permites”, “podrás
comprobarlo”, “habrás”, “tienes que volver”…)
En conclusión, el modo
de elocución que predomina es este texto es el argumentativo, ya que, como
anteriormente he dicho, el texto es un artículo periodístico de opinión, lo que
conlleva a que el autor hable críticamente sobre el tema, en este caso, las
consecuencias que trae la Nochevieja y la falta de autoridad de los padres que
permite el deseo de sus hijos de salir durante esta noche tan peligrosa.
3) Valoración personal
Personalmente, no
estoy nada segura de acuerdo con el autor. Para él, la noche de fin de año es
una de las peores sin duda alguna; sin embargo, para mí es quizás la mejor del
año. La familia reunida, la ilusión de comer las uvas, la deliciosa comida
sobre la mesa y las copas brindando crean un ambiente difícil de superar, e
incluso, igualar en cualquier otro momento.
Podría decir, que el
único argumento del autor a fin a mi opinión es aquel en el que se explica la
importancia que tiene el hecho de que los padres comuniquen a sus hijos el
peligro que existe.
Sin embargo, también
creo que los peligros en que se apoya el autor existen o están presentes en
cualquier noche/fiesta.
No me ha gustado nada
la idea del autor de diferenciar a los chicos y a las chicas, beneficiándose
por el simple hecho del sexo. Además, culpabiliza a la mujer de ser ella misma
la que se busca sus propias desgracias por el hecho de salir en la noche de fin
de año. Bajo mi punto de vista, la mujer tiene el mismo derecho de salir que el
hombre.
En conclusión, no creo
que el autor tenga mucha razón en lo que comenta y que haya logrado su objeto
de convencer al público del tema.
4) SINTAXIS
P1_ Educar es reprimir
Infinitivo N.V Infinitivo
Subordinada Subordinada
Sustantiva Sustantiva
(Sujeto) (Atributo)
pero
nexo - Conjunción
coordinante
adversativo
P2_ No hace
falta
Adv Locución verbal
P3 - reprimir tanto
(Subordinada sustantiva Sujeto de P2)
Infinitivo Adv CCC
P4_
Si explicas bien las cosas
nexo N.V adjetivo det. sustantivo
subordinante (C.C.Modo) (C.D)
condicional
P5
Cuando es el momento
nexo N.V
det. sustantivo
subordinante (sujeto)
condicional
5) Se
trata de un artículo periodístico de opinión, en el que, como indica el propio
nombre, el autor expresa su opinión acerca de la noche de fin de año. La
describe desde el rechazo y con cierto sentimiento de repugnancia y asco. Los
adjetivos son palabra que nombran o indican cualidades, rasgos, propiedades de
los hombres o sustantivos a los que acompañan y con los que concuerdan en
género y número.
En cuanto su
forma, destacan los adjetivos en grado
superlativo absoluto (“más hortera”, “más superficial”, “más absurda”, “más
cretina”, “más cutre”). Estos adjetivos están utilizados haciendo referencia a
otros nombres, es decir, relacionándolo con otros. También aparecen adjetivos
en grado positivo (“oscuro”, “soez”, “inquietante”), los cuales expresan
cualidades sin dar idea de intensidad. Es resaltable la presencia del adjetivo
comparativo de origen latino (“peor”).
En cuanto a su
significado, encontramos mayoritariamente adjetivos valorativos, con
connotaciones negativas, ya que indican una cualidad opinable y por tanto,
subjetiva (“más hortera”, “más superficial”, “peor”, “más absurda”, “más
cretina”, ”soez” “más cutre“, “inquietante”). Sus connotaciones negativas se
deben a la actitud pesimista que mantiene el autor ante la noche de fin de año.
Podemos destacar el adjetivo “oscuro”, al considerarse descriptivo, ya que se
refiere a una cualidad que se percibe con los sentidos, en este caso, para
describir el rincón.
Con respecto su
función, todos los adjetivos del texto son adyacentes, es decir, complementan
directamente al nombre. La mayoría de ellos son especificativos, es decir
añaden una cualidad nueva al sustantivo al que se refiere, pues precisan,
especifican (“más hortera”, “más superficial”, “peor”, “más absurda”, “más
cretina”, “oscura”, “soez” “más cutre”), sin embargo, aparece un adjetivo
explicativo (“inquietante”), el cual resalta una cualidad que se sobreentiende
en el sustantivo. Existen tantos adjetivos antepuestos, indicando mayor
subjetividad (“inquietante”) como pospuestos “(“más hortera”, “más
superficial”, “más absurda”, “más cretina”, “oscuro”, “soez”, “más cutre”…).
En conclusión,
en el texto destaca la subjetividad enfocada en los adjetivos valorativos. Casi
todos los adjetivos tienen connotaciones negativas al referirse a la noche de
fin de año, como la peor de todas.
6) El sintagma verbal, junto con el nominal, es
uno de los dos constituyentes de la oración. Está formado por un núcleo, que es
el verbo, y por unos adyacentes que son sus complementos.
El significado verbal
viene dado en el texto mediante las formas gramaticales del verbo, que son
tanto personales como no personales. Dentro de las primeras se observa un
predominio de la primera persona gramatical que indica subjetividad del
hablante, pero de algún modo la rebaja con el empleo del plural y busca con
ello la complicidad con los lectores, de hacer partícipe al público de sus
pensamientos (“necesitamos”). Por otro lado, encontramos abundantes formas no
personales de infinitivo (“ir”, “quedar”, “celebrar”) con valor progresivo y de
gerundio (“brindando”, “dando”, “comiendo”) con valor durativo.
Según su significado
encontramos verbos copulativos (“son”-ser) que se repite en más ocasiones
(“estaba” y “estuviera”) y representan permanencia, verbos de acción
(“brindando”, “tenemos que correr”) los cuales indican movimiento y son
característicos de las narraciones de hechos.
El uso de estos
verbos está determinado por el tipo de texto (argumentativo) y el tema
(concienciación sobre los peligros de la noche de Fin de Año).
Por otro lado,
predominan los tiempos verbales de presente de indicativo para expresar y
manifestar su opinión sobre la realidad del tema que argumenta (“son”, “necesitamos”,
“nos atragantamos”, “conducen”). Se trata de un presente habitual que se
utiliza para expresar situaciones que se dan periódicamente como es la última
noche de cada año. Encontramos también del modo indicativo el pretérito
imperfecto (estaba, celebrábamos).
Pero también hay
presencia del presente del subjuntivo (predispongan) y del pretérito imperfecto
(estuviera), para acciones que el autor piensa que comenzaron en el pasado pero
todavía perduran. El uso de los forma en “-ra” del pretérito imperfecto del
subjuntivo es un arcaísmo o un dilectísimo del español en zonas leonesas y
gallegas, que hoy en día es muy frecuente del lenguaje periodístico. El
subjuntivo es el modo de la subjetividad, característico de la función
expresiva del lenguaje e indica ambigüedad, pudiéndose referir tanto al
presente, pasado como futuro; en este caso “estuviera” se refiere al pasado y
“predispongan” al futuro.
7) Federico García Loca,
autor de esta obra de teatro, nació en 1898 y murió asesinado en 1936.
Literariamente se le encuadra dentro de la generación del 27. La década de los
20 fue en toda Europa una época de prosperidad económica y optimismo en la que
surgieron nuevas formas de expresión artística que pretendían romper con todos
los estilos anteriores. Entre estos movimientos denominados vanguardias
encontramos el futurismo, el cubismo, el dadaísmo (que buscaba la independencia
total entre arte y realidad) y el ultraísmo (que también, buscaba esa
independencia).
La llamada generación
de 27 está formada por un grupo de poetas que mantenían una estrecha relación y
se conocían personalmente. Además de Lorca, destacan Pedro Salinas y Rafael
Alberti. Incluía también artistas de otros campos como el pintos Dalí o el
músico Manuel de la Falla tomaron su nombre por ser 1927 el tercer centenario
de la muerte del poeta barroco Luis de Góngora, al que consideraban como un adelanto
a su tiempo que había practicado la poesía pura, independiente de la realidad.
Además de las influencias vanguardistas recibieron otras de la generación del
98. Cada poeta tenía un estilo propio pero compartían la rebeldía frente a las
convenciones y el cultivo del verso libre.
Más concretamente, en
el panorama teatral, a principios del siglo XX convivían dos tendencias, por un
lado, un teatro comercial (burgués, sin inquietudes estéticas o intelectuales y
que repita modelos actuales) y uno renovador (que buscaba la experimentación y
la provocación) donde deberíamos enmarcar a Lorca.
García Loca nació en
Granada en 1898 en el seno de una familia acomodada. Durante su juventud se
relacionó con otros artistas e intelectuales de su época. Sus tendencias
políticas y su homosexualidad, unidas a su posición de triunfador lo
advirtieron en víctima de la represión del bando nacional al comienzo de la
Guerra Civil.
Lorca tiene grandes
influencias tanto en las vanguardias europeas como de los movimientos
artísticos previos y escribió tanto poemas como obras de teatro como La Casa de
Bernarda Alba. Esta fue la última que escribió y fue terminada en junio de
1936, dos meses antes de morir asesinado. Se estrenó por primera vez en Buenos
Aires en 1945 y en España en 1950.
Se trata de la obra
culminante de Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos de sus obras
anteriores y junto con Bodas de Sangre y Yerma conforma la Trilogía de
tragedias andaluzas pues las tres tienen muchos elementos en común; el tono
poético, el hecho de ser tragedias y el marco geográfico común, el campo
andaluz. Sin embargo, esta obra presenta algunas diferencias respecto a las
anteriores, como por el ejemplo; son un mayor realismo en los diálogos y las
situaciones y la eliminación del verso; aunque se trata de una obra poética.
Lorca tiene considerada a su obra como un drama y no como tragedia, es decir,
trata que sea lo más realista posible, de modo que la poesía surge de las
situaciones y los diálogos y siempre está justificada por la propia trampa.
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