HOLA A TODOS. AQUÍ TENÉIS POR FIN EL SIGUIENTE COMENTARIO DE TEXTO. TENÉIS UNA SEMANA COMO DE COSTUMBRE. ESTO ES: DE LUNES A LUNES. ASÍ QUE LA FECHA TOPE SERÍA EL LUNES 9 DE MARZO.
Desde la sacristía, mosén Millán
recordaba la horrible confusión de aquellos días, y se sentía atribulado y
confuso. Disparos por la noche, sangre, malas pasiones, habladurías,
procacidades de aquella gente forastera, que, sin embargo, parecía educada. Y
don Valeriano se lamentaba de lo que sucedía y al mismo tiempo empujaba a los
señoritos de la ciudad a matar más gente. Pensaba el cura en Paco. Su padre
estaba en aquellos días en casa. Cástulo Pérez lo había garantizado diciendo
que era trigo limpio. Los otros ricos no se atrevían a hacer nada contra él
esperando echarle mano al hijo. Nadie más que el padre de Paco sabía dónde su
hijo estaba. Mosén Millán fue a su casa.
─ Lo que está sucediendo en el
pueblo ─ dijo─ es horrible y no tiene nombre.
El padre de Paco lo escuchaba sin responder,
un poco pálido. El cura siguió hablando. Vio ir y venir a la joven esposa como
una sombra, sin reír ni llorar. Nadie lloraba y nadie reía en el pueblo. Mosén
Millán pensaba que sin risa y sin llanto la vida podía ser horrible como una
pesadilla. Por uno de esos movimientos en los que la amistad tiene a veces
necesidad de mostrarse meritoria, mosén Millán dio la impresión de que sabía
dónde estaba escondido Paco. Dando a entender que lo sabía, el padre y la esposa
tenían que agradecerle su silencio. No dijo el cura concretamente que lo
supiera, pero lo dejó entender. La ironía de la vida quiso que el padre de Paco
cayera en aquella trampa. Miró al cura pensando precisamente lo que mosén
Millán quería que pensara: «Si lo sabe, y no ha ido con el soplo, es un hombre
honrado y enterizo». Esta reflexión le hizo sentirse mejor.
RAMÓN J. SENDER,
Réquiem por un campesino español
Resumen:
Mientras espera el comienzo de la
misa, Mosén Millán recuerda la violencia que se vivió en el pueblo con la
llegada de los forasteros que se hicieron con el poder. Aquellos días fueron
terribles para todo el pueblo, todos tenían miedo. Aun así, parecía que don
Valeriano animaba a los invasores a seguir cometiendo crímenes. Paco había desaparecido y el único que sabía
dónde estaba era su padre. Mosén Millán decide ir a visitarlo y le hace creer
que sabe dónde se esconde y que, aun así, no lo ha delatado, con lo que se gana la
confianza del padre de Paco.
Comentario crítico:
El tema es la traición de mosén Millán al descubrir astutamente el escondite de Paco. Simbólicamente, esta traición se identificaría con la traición de la Iglesia a la confianza del pueblo durante la guerra civil, al posicionarse con el bando de los golpistas. Mosén Millán representaría así a la Iglesia y el padre de Paco, al pueblo español.
En cuanto a la estructura externa, el texto se divide en dos párrafos narrativos, separados por la intervención dialogada de Mosén Millán dirigiéndose al padre de Paco (línea 7). En cuanto a la estructura interna, podríamos distinguir también en dos partes (el antes y el durante de la visita al padre de Paco), pero subdividiendo a su vez cada una de ellas.
En el primer párrafo se describe
la situación de violencia en el pueblo tras la llegada de los forasteros
(líneas 1-4) y seguidamente la decisión de Mosén Millán de colaborar para
localizar a Paco (línea 4 “Pensaba el
cura en Paco” hasta el final del párrafo “Mosén Millán fue a su casa”)
Desde la intervención de Mosén
Millán (líneas 7 a 13), se relata la entrevista de Mosén Millán con el padre de
Paco y la forma en que se gana su confianza. Finalmente desde “La ironía de la
vida quiso que el padre de Paco cayera en la trampa” hasta el final, se nos
muestra cómo Mosén Millán consigue su objetivo de descubrir el escondite de
Paco.
Este texto es de tipo literario, puesto que se percibe una intención artística al crear un mundo de ficción, aunque basado en hechos reales. Es un fragmento de una novela y por tanto pertenece al género narrativo ya que cuenta la historia de unos personajes en un espacio y durante un tiempo ideados por el autor. El subgénero es el de la novela corta.
En cuanto al modo de elocución distinguimos narración descripción y diálogo. Aunque predomina el discurso del narrador en 3ª persona, con un enfoque omnisciente, que se percibe en el uso del pretérito perfecto simple en los verbos (“dijo” “siguió hablando” miró”), en este fragmento destaca el modo de elocución descriptivo, tanto en la primera parte del texto –donde se describe la situación del pueblo con la llegada de la guerra-, como en la segunda parte, donde describe la actitud del padre de Paco durante la visita de Mosén Millán. El modo de locución descriptivo se manifiesta sobre todo en el uso del pretérito imperfecto de indicativo en las formas verbales (“parecía” “estaba” “pensaba”). También encontramos dos intervenciones de diálogo en estilo directo: una de Mosén Milán y otra del padre de Paco. En las intervenciones dialogadas, el tiempo verbal utilizado es el presente de indicativo (“Lo que está sucediendo” “Si lo sabe”) Pues los diálogos se construye sobre el eje temporal del presente, al contrario de la narración que se elabora sobre hechos que ya han sucedido, es decir sobre el eje del pasado.
En toda la novela, Sender trata de defender sus ideales a través esta historia ficticia, pero basada en acontecimientos reales. Su punto de vista se manifiesta a través de las acciones de los personajes, pues el narrador generalmente se muestra objetivo e impersonal. Sin embargo, en este fragmento concreto, la subjetividad se manifiesta a través de los recuerdos de Mosén Millán que recuerda aquellos momentos con gran pesadumbre. Esta subjetividad se manifiesta a través de adjetivos valorativos (“horrible”) o el símil “como una pesadilla”. En la segunda parte del texto, la subjetividad parece trasladarse al autor, pues se perciben sentimientos contrarios a Mosén Millán al utilizar léxico con connotaciones negativas (“trampa” o incluso “cura”) para relatar la taimada argucia de Mosén Millan para sonsacar al padre de Paco. Así pues, la actitud del autor en este fragmento concreto es claramente crítica respecto a Mosén Millan como representante de la iglesia. El anticlericalismo de la novela se percibe especialmente en este fragmento, pues la actitud pasiva de la Iglesia –y Mosén Millán como su representante- respecto a no condenar las injusticias y la represión violenta al pueblo –los asesinatos que se mencionan al principio del fragmento- da paso en la segunda parte del fragmento a una conducta completamente indigna e inmoral, condenable no solo desde la moral cristiana sino también desde la ética más elemental, pues Mosén Millán manipula claramente la confianza del padre de Paco para sonsacarle respecto al escondite de su hijo y, como se verá más adelante, denunciarlo y contribuir de forma decisiva a su asesinato.
La intencionalidad, por tanto, es denunciar el papel de la Iglesia y hacer reflexionar a los lectores sobre las circunstancias que condujeron a la guerra civil, que a juicio del autor se derivaban de una situación de injusticia social y de la negativa de las clases dirigentes y de la iglesia, como cómplice, a renunciar a sus privilegios para mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.
Valoración personal
Este fragmento de la obra me ha parecido interesante por
varias razones. Para empezar, Mosén Millán se encuentra muy arrepentido por las
acciones que cometió en el pasado y por eso le vienen una y otra vez recuerdos
de Paco a la cabeza. También da lástima por la familia de Paco, pues se describe a través de sus recuerdos la
preocupación con que vivía toda su familia su desaparición, especialmente su
esposa.
Me gusta mucho la actitud del padre de Paco en este
fragmento pues apoya incondicionalmente a su hijo. Aunque no se mencione mucho
al padre en la obra, ya que tiene un papel más secundario, en este fragmento es
muy importante su intervención según mi punto de vista: quiere proteger a toda
costa a su hijo y si cae en la “trampa” de Mosén Millán parece que se debe
sobre todo a que necesitaba alguien en que apoyarse para dominar esa situación
tan dura y difícil. En este fragmento también podemos ver, como Mosén conoce a
la perfección a Paco y a su padre, pues sabe manipular perfectamente al anciano
para ganarse su confianza. Al final del fragmento el padre de Paco se muestra
tan desesperado que para sentirse mejor se miente a sí mismo, pensando para sus
adentros que el cura es un buen hombre y no contará nada con respecto al
escondite de Paco.
En cuanto a la forma, me ha resultado muy llamativa la
expresión de “nadie lloraba y nadie reía en el pueblo”, pues hace ver al lector
que todos están muy preocupados pero que no se atreven a manifestar ningún tipo
de emoción por miedo a las represalias posibles. También hace ver que todos
están con Paco, menos los ricos y adinerados.
En mi opinión Sender
consigue crear una novela corta que consigue su propósito, como obra literaria,
de causar emociones en el lector, y también consigue informar de la situación
vivida por medio de una alegoría que compara a España entera con un pueblo
cercano a Lérida. Pienso que esta terrible situación se debe a la hipocresía,
ignorancia y egoísmo de la raza humana. Nunca podrá existir una utopía en la
que las personas convivan de forma ideal ya que nuestro comportamiento, al
igual que cualquier máquina mecánica, resulta menos eficiente en la práctica
que en la teoría. Citando a Hobbes "el hombre es un lobo para el
hombre".
Mecanismos de cohesión del último párrafo
El padre de Paco lo escuchaba sin responder, un poco pálido. El cura siguió hablando. Vio ir y venir a la joven esposa como una sombra, sin reír ni llorar. Nadie lloraba y nadie reía en el pueblo. Mosén Millán pensaba que sin risa y sin llanto la vida podía ser horrible como una pesadilla. Por uno de esos movimientos en los que la amistad tiene a veces necesidad de mostrarse meritoria, mosén Millán dio la impresión de que sabía dónde estaba escondido Paco. Dando a entender que lo sabía, el padre y la esposa tenían que agradecerle su silencio. No dijo el cura concretamente que lo supiera, pero lo dejó entender. La ironía de la vida quiso que el padre de Paco cayera en aquella trampa. Miró al cura pensando precisamente lo que mosén Millán quería que pensara: «Si lo sabe, y no ha ido con el soplo, es un hombre honrado y enterizo». Esta reflexión le hizo sentirse mejor.
Se entiende por cohesión de
un texto la manifestación explícita y lingüística de su coherencia interna. Así
mientras la coherencia afecta a la estructura interna, la cohesión se refiere a
la estructura superficial. Los mecanismos semánticos de cohesión se basan en la
repetición del significante o del significado de una las palabras del texto.
En este fragmento de “Réquiem por un campesino español” se pueden observar diversos mecanismos de cohesión léxica y semántica:
-
Repetición: en este párrafo se repiten
algunas palabras como son: padre (líneas: 10, 15 y 17), Paco (líneas: 10, 15 y
17), Mosén Millán, (líneas: 12, 14 y 18) y cura (líneas: 10, 16 y 17), entre
otras. La repetición de palabras contribuye a la cohesión de un texto
remarcando palabras claves en torno al tema central. en este caso se enfatiza
el nombre y la condición de los protagonistas.
-
Sinonimia: la sinonimia es un mecanismo
semántico de sustitución. Contribuye a la cohesión sustituyendo palabras claves
de un texto por otras semánticamente equivalentes para evitar repeticiones
excesivas que empobrezcan el estilo. Como sinónimo correferencial (se refiere a
lo mismo en este texto) encontramos Mosén Millán / cura. Es sinonimia
correferencial porque “cura” sustituye a Mosén Millán pero no en todos los
contextos, solo son equivalentes en esta novela.
-
Antónimos: la antonimia es un mecanismo de relación
semántica, que contribuye a la cohesión del texto estableciendo relaciones de
significado entre las palabras de un texto, en este caso utilizando expresiones
de significado contrario. Encontramos, en las primeras líneas, “ir” junto a su
antónimo es “venir”, para expresar los movimientos nerviosos de las gentes del
pueblo. También para expresar estados de ánimo contradictorios aparecen los
verbos “reír” y “llorar”.
-
Familia léxica: Encontramos dos familias
léxicas, también relativas a la antonimia que acabamos de mencionar: “llorar”,
“llanto”; frente a “risa”, “reír”
-
Campo semántico: podemos distinguir tres
campos semánticos claros. El primer campo semántico es la familia (“padre”,
“esposa”…), el segundo son sentimientos (“risa”, “llanto”…) y el tercero es la
Iglesia (“cura”, “mosén”…)
En conclusión observamos que en este fragmento destacan los mecanismos
de repetición, utilizados para resaltar los nombres de los protagonistas del
fragmento. Los de sustitución para evitar repetir el nombre de Mosén Millán,
los de antonimia para resaltar los sentimientos de tristeza que se viven en el
pueblo y el campo semántico de la familia, muy importante en el fragmento pues
de la familia obtendrá Mosén Millán la
información que necesita.
Definición del
significado contextual de palabras:
Atribulado: una persona atribulada es aquella que se siente triste, y afligido por algo que ha sucedido. En el fragmento se refiere a los sentimientos de Mosén Millán respecto a la situación de violencia que se vive en el pueblo al con la llegada de los forasteros, al principio de la Guerra Civil.
Procacidades: una acción o palabras muy atrevidas y obscenas. En este caso se refiere al vocabulario ofensivo que utilizaban los forasteros que invadieron el pueblo y que, aunque parecían gente culta, insultaban de forma muy desconsiderada a los aldeanos.
Meritoria: Un hecho que merece ser premiado. En este contexto se refiere a la confianza que las amistosas palabras de Mosén Millán generaron el el padre de Paco.
Enterizo: Íntegro, que se mantiene entero, que no se deja influenciar. En este contexto se refiere a que el padre de Paco confía en Mosén Millán y cree que es un hombre que no se va a dejar manipular por los forasteros y, por tanto, podrá confiar en él.
“Diciendo que era trigo limpio” : La expresión “trigo limpio” referida a una persona, hace alusión a que es buena, que se puede confiar en ella. En el texto la utiliza Cástulo para dar a entender que el padre de Paco era “buena gente”, lo que muestra en él cierta intención de protegerlo ante los forasteros que buscaban a su hijo.
Análisis de los personajes que intervienen en el
fragmento:
Para empezar, se puede afirmar que la técnica con la que se
presenta a los personajes es impresionista, es decir, no hay una descripción
precisa y completa de ellos, sino más bien una visión fragmentaria que está
formada por diversas escenas. Las breves dimensiones de la novela nos permiten
una caracterización minuciosa de los personajes.
En este fragmento los personajes que intervienen son Mosén
Millán y el padre de Paco. También se puede comentar al personaje de Cástulo
Pérez, que es nombrado hacia el principio de este fragmento.
En este fragmento se puede ver la confusión de Mosén
Millán, que está desorientado y no sabe qué
hacer ante la situación. Se destaca sobre todo su cobardía pues por
miedo a que le relacionen con Paco trata de ponerse a bien con las autoridades
colaborando a su captura. En este fragmento es quizá donde su figura aparece
como mas indigna pes manipula la confianza del padre de Paco ganándose su
confianza para sonsacarle.
También se puede ver en el fragmento como se mantiene al margen
de los sucesos, mirando para otro lado y sin ponerse de parte de las gentes del
pueblo, que están siendo
represaliadas e incluso asesinadas.
Mosén Millán es el único personaje del cual conocemos los
pensamientos y emociones, ya que de los demás personajes que intervienen en la
historia solo podemos recibir información por las acciones que realizan. La
novela es un examen de conciencia de este hombre, ya que se encuentra muy
arrepentido por todo lo que le sucedió a Paco por irse de la lengua. Se puede decir
que su relación con Paco va de más a menos, en el principio de la obra
apreciamos que estos dos personajes tienen mucha cercanía porque Mosén bautizó
a Paco, pasaban mucho tiempo juntos y además le casó. En cambio, una vez que
Paco crece se van distanciando y más cuando tiene un pensamiento político
distinto. En cuanto a su personalidad, es un hombre débil y cobarde que se ve
superado por las circunstancias que se debate entre sus deberes sacerdotales y
sus deberes como humano. Por todas estas cosas siente una gran culpabilidad.
Esto le lleva a la completa soledad, ya que el pueblo le da la espalda por no
haber hecho bien las cosas. El cura lo único que quiere es que los vecinos del
pueblo vayan a misa y le perdonen aunque esto no llega a suceder. Su único
alivio final es negarse a que le paguen la misa de réquiem de Paco.
La familia de Paco no tiene mucha importancia en la
obra, aunque se puede decir que el papel del padre en la escena del fragmento
es primordial. Aquí el padre es muy importante pues apoya
incondicionalmente a su hijo y si finalmente revela su escondite es porque
parece sentirse abrumado por lo que le ocurre y necesita alguien en quien
confiar. Tanto el padre de Paco como su esposa, representan a la gente del
pueblo, honrada, humilde y leal, defensora sobre todo de los lazos familiares,
que son el único apoyo de los pobres.
Como se ha dicho antes, en este fragmento también se hace
mención a un personaje llamado Cástulo Pérez, éste es un oportunista se solo se
limita a estar bien con el poder, cuando le conviene está de parte de Paco y
cuando no está de parte de los ricos. En toda la novela juega a dos bandas.
Se puede hacer mención del resto de los personajes, como la
Jerónima que encarna al espíritu supersticioso y que con sus habladurías agita
a la vida de la aldea. También está el zapatero que es el personaje que se
encarga de ofrecer al pueblo la información del exterior, funciona como
portavoz. El médico se corresponde con el espíritu racional.
Los ricos son los agentes de la represaría, aquí se
encuentra a Cástulo que ya ha sido citado anteriormente, Don Valeriano que es
el responsable de la gran mayoría de las injusticias que se han formado en el
pueblo. Don Gumersindo, que se limita a ser un comparsa de Don Valeriano. Y el
Duque que es una referencia social más que un personaje. Todos estos personajes
odian a Paco, ya que representan ideales completamente distintos.
También se puede comentar algunos personajes colectivos,
como las mujeres del lavadero y del carasol, que tienen la función de
conciencia del pueblo y de la memoria colectiva. Y los señoríos que traen la
tragedia y la muerte al pueblo.
Hace falta comentar el personaje de Paco, no se hace una
descripción física de él, sino que se atiende a su personalidad ya que es sincero,
valiente, independiente y es la antítesis de Mosén Millán. Paco cree que las
cosas sí se pueden cambiar y que se deben cambiar. Representa tanto la figura de héroe como la figura de víctima.
Finalmente, es importante destacar un personaje simbólico que
es el potro de Paco que desencadena los recuerdos de Mosén Millán y se muestra
como recuerdo vivo de su amo.
Temas de la obra:
El tema principal de la obra que se
percibe en el fragmento
es el de los asesinatos y los horrores
de la guerra civil española y el papel de la Iglesia de aceptación del orden
social establecido, su inercia ante problemas urgentes. Mosén Millán traiciona a la gente humilde para ayudar a la gente con
dinero, lo que no solo ocurría en aquella época, ya que tristemente se sigue dando, como puede verse con todos los casos de corrupción que hay en el mundo.
La violencia, se muestra desde el principio del texto cuando habla de la llegada de forasteros, esto surge a partir de la Guerra Civil. Los arrendados de los terrenos se revelan ante la ansia de la propiedad privada, pero don Valeriano empujaba a los señoríos de la ciudad a matar a todo aquel que se revelara.
El autor pretende también denunciar la
injusticia social en el mundo rural, aunque quiere mostrar también lo que está pasando
en el país entero, caracterizado por una marcada sociedad de clases.
Paco representa la lucha por la justicia social, pues adopta una actitud generosa al anteponer
su vida para defender a los demás. Sin embargo, en el fragmento también se muestra una clase alta compasiva con algunas personas, como el personaje de Cápulo, que defiende al padre de Paco. Si bien, la actitud de Cástulo puede considerarse también prepotente, pues se siente autorizado para decidir, desde su situación del poder, sobre el destino de las personas, sobre su vida o su muerte.
En este fragmente se hace una crítica al
comportamiento de los poderosos, y en particular a la conducta de la iglesia ya
que Mosén Millán fue el que denunció a Paco, con el agravante de que era además una persona muy
querida, al que conocía desde que nació. Paco, desde muy pequeño, mostraba su afán por ayudar a la gente desfavorecida, especialmente desde que acompañó al cura a las cuevas y vio cómo vivían y morían los más pobres.
El tema de la dignidad humana se muestra en el fragmento con la
indiferencia de las personas ante el sufrimiento de los demás, tanto en los
ricos como en los pobres, menos en paco que es un hombre que se preocupaba por
la vida de los demás.
Mosén Millán pierde su dignidad yendo a la casa de Paco para enterarse de donde se encuentra así después le delatara, también pierde su dignidad al no hacer nada frente a la situación a la que se encuentra el pueblo. El cura por miedo, y quizá también por vanidad, por hacer méritos ante los poderosos, termina por revelar el paradero de
Paco lo que después le trae remordimientos al saber que era una buena persona.
Otro tema que aparece en el fragmento, implícitamente,
es el elemento autobiográfico, pues el propio hermano del autor, así
como su propia esposa, fueron ejecutados por el bando nacional al principio de
la guerra civil.
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