jueves, 14 de abril de 2016

COMENTARIO DE TEXTO "CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA"

Bayardo San Román, el hombre que devolvió a la esposa, había venido por primera vez en agosto del año anterior: seis meses antes de la boda. Llegó en el buque semanal con unas alforjas guarnecidas de plata que hacían juego con las hebillas de la correa y las argollas de los botines. Andaba por los treinta años, pero muy bien escondidos, pues tenía una cintura angosta de novillero, los ojos dorados, y la piel cocinada a fuego lento por el salitre. Llegó con una chaqueta corta y un pantalón muy estrecho, ambos de becerro natural, y unos guantes de cabritilla del mismo color. Magdalena Oliver había venido con él en el buque y no pudo quitarle la vista de encima durante el viaje. «Parecía marica -me dijo-. Y era una lástima, porque estaba como para embadurnarlo de mantequilla y comérselo vivo.» No fue la única que lo pensó, ni tampoco la última en darse cuenta de que Bayardo San Román no era un hombre de conocer a primera vista. (…) La noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia de construir un ferrocarril hasta el interior para anticiparnos a las veleidades del río. Al día siguiente tuvo que mandar un telegrama, y él mismo lo transmitió con el manipulador, y además le enseñó al telegrafista una fórmula suya para seguir usando las pilas agotadas. Con la misma propiedad había hablado de enfermedades fronterizas con un médico militar que pasó por aquellos meses haciendo la leva. Le gustaban las fiestas ruidosas y largas, pero era de buen beber, separador de pleitos y enemigo de juegos de manos. Un domingo después de misa desafió a los nadadores más diestros, que eran muchos, y dejó rezagados a los mejores con veinte brazadas de ida y vuelta a través del río. Mi madre me lo contó en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: «Parece que también está nadando en oro». Esto respondía a la leyenda prematura de que Bayardo San Román no sólo era capaz de hacer todo, y de hacerlo muy bien, sino que además disponía de recursos interminables.


1 Esquema:
1.     Llegada de Bayardo al pueblo seis meses antes de la boda
1.1.                     Aspecto externo, desde el punto de vista de una vecina
1.1.1. Muy bien vestido
1.1.2. Joven y guapo
1.2.                     Primeras relaciones con los vecinos del pueblo
1.2.1. Sociable y conversador con todo el mundo
1.2.2. Parece saber de todo
1.2.2.1.     Incluso aconseja a los profesionales
1.2.3. Alegre y amigo de fiestas
1.2.3.1.     Pero no borracho o pendenciero
1.2.4. Excelente  deportista
2.     Rumores sobre que además es muy rico
2.1.                     Al parecer es perfecto en todo
2 Resumen:
Bayardo San Román llega al pueblo en barco seis meses antes de su boda. Una de las vecinas que va con él en el barco se fija en que es muy atractivo,  va muy elegante y conjuntado y su ropa es muy cara. En cuanto llega, habla con todo el mundo y demuestra muchos y variados conocimientos. Parece saber de todo y ayuda y da consejos incluso a los profesionales. Los vecinos del pueblo le reciben bien porque además es alegre, pacífico y buen deportista. Se rumorea que además es muy rico.

3 Comentario crítico:
El tema principal del fragmento es la llegada de un desconocido misterioso que al parecer es un hombre perfecto: guapo, inteligente, buena persona y muy rico.
La estructura externa del texto se presenta en dos párrafos. Las  intervenciones dialogadas aparecen entrecomilladas dentro de cada uno de los párrafos.
En cuanto a la estructura interna, podríamos dividir el fragmento en tres partes. La primera parte abarcaría todo el primer párrafo: en el se describe el aspecto externo de Bayardo, a través de una vecina que iba con él en el barco, destacando su buena presencia y lo cuidado de su vestimenta. La segunda parte la ocuparía el segundo párrafo hasta la línea 22. En esta parte se da cuenta de las primeras relaciones con los vecinos del pueblo, que quedan impresionados por su buen carácter y porque parece saber de todo y se integra rápidamente en el pueblo. La tercera parte la ocuparían las cuatro últimas líneas y se centrarían en el comentario de la madre del narrador-cronista, que añade a las otras cualidades la de que parece que es muy rico. Esta última parte funciona como una especie de conclusión en la caracterización de Bayardo, pues a las demás cualidades añade la riqueza, con lo que se da a entender que es el hombre perfecto. Podría decirse que estamos ante una estructura inductiva, pues encontramos la tesis al final del fragmento “Bayardo San Román no sólo era capaz de hacer todo, y de hacerlo muy bien, sino que además disponía de recursos interminables”.
Este texto literario de género narrativo pertenece a la novela de Gabriel García Márquez “Crónica a una muerte anunciada”. En este fragmento encontramos dos modos de elocución diferentes. En el primer párrafo domina la descripción externa de Bayardo San Román. El modo de locución descriptivo se manifiesta en el numeroso uso de sustantivos concretos, referidos a las realidades  descritas, acompañados de adjetivos calificativos (cintura angosta, ojos dorados, chaqueta corta, fiestas ruidosas…) así como el uso frecuente de pretérito imperfecto (era, andaba, hacían) y uso de oraciones enunciativas coordinadas y yuxtapuestas, así como subordinadas adjetivas.
Sin embargo, en el segundo párrafo predomina el modo de elocución narrativo, pues la caracterización del personaje se realiza a través de sus actos y no de su aspecto físico. Así encontramos en este segundo párrafo el predominio del pretérito perfecto simple que es el tiempo habitual en las narraciones. (llegó, dijo, dio a entender…)
Al tratarse de un texto literario de género narrativo, la actitud el autor se manifiesta a través de la voz del narrador, que en este fragmento adopta una postura objetiva: la de un cronista que se limita a recoger las distintas versiones sobre el aspecto físico y psicológico de Bayardo. El autor no habla por mismo, en éste fragmento se identifica con el cronista en primera persona.
La intención del autor es presentar y caracterizar a Bayardo como el hombre burlado que devolvió a su esposa, y el marido ideal para cualquier mujer; guapo, inteligente y rico. La intención del autor se relaciona con las funciones del lenguaje, en el fragmento aparece la función referencial, al comentar el autor los hechos desde la objetividad, basándose en las palabras de los testigos, la expresiva, al transmitir los pensamientos de los personajes “estaba como para untarlo en mantequilla y comérselo vivo”, y finalmente, la estética, pues se trata de un texto literario “ ojos dorados “, “piel cocinada a fuego lento por el salitre”.
Valoración personal:
Este fragmento es interesante porque se nos presenta a Bayardo San Román, uno de los personajes fundamentales de la novela; se le caracteriza como un hombre apuesto y de buen porte, joven, inteligente y rico, es decir, un buen partido.
 A mi parecer, Bayardo se toma demasiadas confianzas con la gente del pueblo, no dejando de ser un extranjero extraño y misterioso que acaba de llegar al pueblo, por lo que debería ser más humilde y menos egocéntrico. Por otro lado, me agrada el tono misterioso que aporta el autor al fragmento, recurso que utiliza con frecuencia en muchas de sus obras, pues no se sabe realmente a que llega Bayardo al pueblo, de donde posee tanta fortuna y si en verdad es ingeniero de trenes como dice ser. La caracterización de éste personaje como el hombre ideal, hace que el batacazo tras la boda sea mayor, pues se gasta mucho dinero en ésta para luego parecer entre los lugareños del pueblo como el “hombre burlado”, lo que le confiere cierta empatía por parte del lector.
En cuanto a mi opinión sobre el tema, las personas a veces nos dejamos llevar por lo externo que nos muestra una persona, cuando sólo deberíamos juzgar a otro tras conocer su forma de ser, sus pensamiento e ideas… Por ello, en el fragmento Bayardo parece el marido ideal, pero bien podría estar fingiendo o esconder una personalidad que dejara que desear.

4 Análisis sintáctico global:
“La noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia de construir un ferrocarril hasta el interior para anticiparnos a las veleidades del río”.
P1. La noche (…) dio a entender en el cine
P2. En que llegó
P3. Que era ingeniero de trenes 

P4. Y habló de la urgencia
    P5. de construir un ferrocarril hasta el interior
    P6. Para anticiparnos a las veleidades del río.


P1 y P4 proposiciones principales, coordinadas copulativas entre sí, cada una con sus propias subordinadas; sus núcleos verbales son ‘dio a entender’ y ‘habló’ respectivamente. P1 tiene subordinadas a P2 y P3. P4, a P5 que, a su vez, incluye a P6.
 P2 es subordinada adjetiva, complementa a ‘noche’, su núcleo verbal es ‘llegó’ y el nexo es ‘que’ que viene precedido de la preposición “en” y funciona como CCT. P3 es subordinada sustantiva de P1, en función de CD; el nexo es ‘que’ y su núcleo verbal es ‘era’.
P5 es subordinada sustantiva de complemento del nombre de P4 (complementa a “urgencia· su núcleo verbal es el infinitivo ‘construir’; no va introducida por nexo por tratarse de una forma no personal.
 P6 es subordinada adverbial de finalidad de P5, su núcleo verbal es el infinitivo ‘anticiparnos’ y, por tanto, tampoco lleva nexo..

5 Estilo de la obra y aplicación razonada al fragmento:
En cuanto a la concepción del autor sobre el género literario empleado, utiliza distintos géneros. El primero y el más general es la crónica periodística real, donde el narrador cronista recoge testimonios de distintas fuentes, reconstruye los hechos a partir de datos principales y va ampliando poco a poco hasta alcanzar el porqué y el cómo. Destacan la cantidad de detalles y la minuciosidad. En este fragmento se aprecia en el hecho de que cite con nombre y apellido a la primera persona que vio a Bayardo, en que cita sus declaraciones de forma literal, entre comillas, y en la minuciosidad, incluso excesiva, con que describe el aspecto físico y la ropa de Bayardo.
El autor utiliza además técnicas narrativas novedosas, como la ruptura con la linealidad temporal, en el fragmento el autor vuelve seis meses atrás para contar la llegada de Bayardo al pueblo, o el multiperspectivismo (diferentes puntos de vista) como la opinión de la vecina a cerca del físico de Bayardo, o el comentario de la madre del cronista aludiendo la riqueza de nuestro personaje y la opinión general de los muchos vecinos que se relacionaron con él.
Esta novela es además una novela policiaca, aunque sabemos desde el principio que Santiago Nasar es asesinado, el autor retarda los detalles del crimen, que no se relatan hasta la última página, creando sensaciones de intriga y desasosiego. Se integran además elementos maravillosos en lo cotidiano, conocido como “realismo mágico”. Estos últimos no aparecen explícitos en el fragmento.
En cuanto al lenguaje podemos destacar que es sencillo y directo aunque cargado de simbolismos y dramatismo, transmitiendo al lector un sinfín de sensaciones al leer la descripción de Bayardo en cuanto a su forma de ser y actuar. El autor utiliza además palabras y coloquialismos procedentes de su país natal Colombia. En el fragmento no se aprecian americanismos pero sí expresiones coloquiales como “parecía marica” y “embadurnarlo con mantequilla y comérselo vivo”. El humor es otro de los rasgos característicos del autor, en este fragmento se puede apreciar en la expresión que acabamos de citar y en lo cómico que puede resultar lo exagerado de las increíbles habilidades de Bayardo.
La narración y la descripción son modos narrativos o formas de presentar el universo de ficción de la novela. La descripción es un elemento importante en toda la novela y en el fragmento a comentar. Destacan la descripción visual con mezcla de elementos estáticos y dinámicos y las descripciones paisajistas. En el fragmento la descripción detallista del aspecto físico de Bayardo se completa con la caracterización del personaje a partir de su forma de actuar en el pueblo y de relacionarse con los vecinos.
Los procedimientos de cita de las intervenciones de los personajes varían. A veces los recoge con detalle, como aparecen los diálogos de las novelas. En otras ocasiones, como este fragmento, los diálogos aparecen de forma más sumaria, entre comillas, como es habitual en las crónicas periodísticas. En este fragmento, el narrador aparece en primera persona, como simple cronista y no como narrador omnisciente: «Parecía marica -me dijo-. Y era una lástima, porque estaba como para embadurnarlo de mantequilla y comérselo vivo.» (…)” Mi madre me lo contó en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: «Parece que también está nadando en oro».

6 Estilística de los adjetivos del primer párrafo:
Los adjetivos son palabras que nombran o indican cualidades, rasgos y propiedades de los nombres o sustantivos a los que acompañan y con los que concuerdan en género y número.
El primer párrafo es un fragmento descriptivo dentro de una narración. Describe el aspecto físico y la vestimenta de Bayardo San Román, con una gran minuciosidad. El narrador cronista recoge el punto de vista de una vecina que lo encuentra muy atractivo.
Predominan los adjetivos adyacentes pospuestos (año anterior, buque semanal, años muy bien escondidos, cintura angosta, ojos dorados, chaqueta corta, pantalón muy estrecho, becerro natural).
Los adjetivos pospuestos suelen ser especificativos, en nuestro fragmento todos son especificativos (añaden una cualidad nueva al sustantivo) tienen un valor objetivo pues precisan la descripción. Acotan el significado del sustantivo al que se refieren.
Encontramos también dos subordinadas adjetivas de participio, también especificativas: piel cocinada a fuego lento por el salitre, y alforjas guarnecidas de plata.
La mayoría de los adjetivos están en grado positivo, es decir, expresan una cualidad sin dar idea de intensidad. Sin embargo, encontramos también dos adjetivos en grado superlativo absoluto (muy bien escondidos, pantalón muy estrecho) expresan cualidades del nombre en su grado máximo sin ponerlo en relación con otro sustantivo. En el fragmento no encontramos adjetivos en grado comparativo.
Al tratarse el fragmento de una descripción, abundan los adjetivos con significado descriptivo, que son aquellos que se refieren a cualidades observables por los sentidos (ojos dorados, cintura angosta, chaqueta corta, becerro natural, pantalón muy estrecho) Al referirse a cualidades observables por más de un sujeto, se relacionan también con la objetividad. Encontramos también adjetivos clasificadores (año anterior y buque semanal) que incluyen en un grupo o categoría al sustantivo y que por tanto se relacionan también con la objetividad.
No encontramos ningún adjetivo antepuesto. Los adjetivos antepuestos se relacionan con la subjetividad y normalmente son explicativos. Se podría entender como explicativo pospuesto becerro natural puesto que todos los “becerros” son naturales. Sin embargo “becerro” está usado como metonimia que sustituye a “piel de becerro” por tanto ´”natural” sería también especificativo, pues distinguiría “piel natural” de ”piel artificial”. En el texto se precisa que la piel era natural para resaltar lo caro de su indumentaria de Bayardo.
También encontramos un adjetivo a través de un atributo (parecía marica) de significado valorativo. La atribución de cualidades suele relacionarse con la objetividad y deseo de precisión en textos descriptivos. En este caso el verbo “parecer” presupone que no hay certeza, en este caso en lo relativo a las tendencias sexuales de Bayardo.
En conclusión, el fragmento se centra en la descripción externa de un personaje, de ahí el uso de tantos adjetivos descriptivos. El hecho de que los adjetivos sean todos especificativos se relaciona con el deseo de precisión y objetividad en la descripción que resulta de un enorme detallismo y que no incluye valoraciones por parte del narrador cronista, que se limita a recoger el testimonio de la vecina que lo observaba y que adopta, por tanto, un tono neutral.



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