Más información, menos
conocimiento
Los defensores recalcitrantes
del software alegan que se trata de una herramienta y que está al
servicio de quien la usa y, desde luego, hay abundantes experimentos que
parecen corroborarlo, siempre y cuando estas pruebas se efectúen en el campo de
acción en el que los beneficios de aquella tecnología son indiscutibles: ¿quién
podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos,
haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que
hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a
especialistas? Pero también hay pruebas concluyentes de que, cuando la memoria
de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito
que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos
que dejan de usarse.
No es verdad que el Internet
sea sólo una herramienta. Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de
nuestro propio cuerpo, de nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera
discreta, se va adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar,
renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a
veces, mejor que él. No es una metáfora poética decir que la "inteligencia
artificial" que está a su servicio, soborna y sensualiza a nuestros
órganos pensantes, los que se van volviendo, de manera paulatina, dependientes
de aquellas herramientas, y, por fin, en sus esclavos. ¿Para qué mantener
fresca y activa la memoria si toda ella está almacenada en algo que un programador
de sistemas ha llamado "la mejor y más grande biblioteca del mundo"?
¿Y para qué aguzar la atención si pulsando las teclas adecuadas los recuerdos
que necesito vienen a mí, resucitados por esas diligentes máquinas?
No es extraño, por eso, que
algunos fanáticos de la Web, como el profesor Joe O'Shea, filósofo de la
Universidad de Florida, afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo
no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la
información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se
vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos".
Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de
marras crea que uno lee libros sólo para "informarse". Es uno de los
estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita.
MARIO VARGAS LLOSA, El País, 31 de julio de 2011
Esquema
1)
Beneficios de internet como herramienta
1.1) Rapidez en la búsqueda
de información
2) Defectos de internet
2.1) Decadencia de la memoria por la falta de
ejercicio
2.2) Excesiva dependencia
3) Internet frente a los libros
3.1)
Opinión Joe o´Shea
3.1.1)
Inutilidad de los libros
3.1.2)
Internet es más rápido y eficaz
3.2)
Contraargumento del autor
3.2.1)
Leer es mucho mejor
3.2.2) Los libros ofrecen mucho más que información
Comentario crítico
El tema central del
texto es la superioridad de los libros frente a internet como fuente de
conocimiento.
El texto preenta una
estructura externa en tres párrafos y un título “Más información, menos
conocimiento” que a través de una elipsis y una paradoja capta la atención de
los lectores y anticipa la tesis: Internet ofrece solo información, pero no
pueden competir con los libros que son una fuente de conocimiento. El título
plantea la paradoja sin resolverla; el lecgtor comprenderá a loque se refiere
cuando lea todo el artículo completo.
En cuanto a la
estructura interna, el texto se podría dividir en tres partes, que no se
corresponderían exactamente con los párrafos.
1º parte: Llegaría
hasta el final de la pregunta del primer
párrafo, en la línea 5 (“¿quién podría negar que es un avance casi milagroso
que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un
internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses
de consultas en bibliotecas y a especialistas? “) . Esta primera parte funciona
como intrudcción, pues el autor presenta la opinión generalizada de las
bondades de Internet como fuente de información, pero lo hace como una tesis
contraria a la suya y que todo el texto tratará de refutar.
2º parte: Iría desde
el final de la línea 5, desde “Pero
también hay pruebas concluyentes…” hasta el final del segundo párrafo. Esta parte
funciona como un primer argumento del autor que trata de rebatir la opinión de
lo beneficioso de Internet. El autor enumera en esta parte las desventajas de
Internet: nos hace dependientes, nos
debilita la memoria y que nos hace más vagos.
3º parte: Abarca el
último párrafo. En esta parte se ofrece, como argumento contrario a la tesis
del autor, la opinión del filósofo Joe O´Shea, para el que leer supone una
perdida de tiempo, dada la rapidez de encontrar información en Internet.
Las dos súltimas línea
del texto sería la tesis de Vargas Llosa, contraria desde luego a la opinión
anterior, que no se molesta en rebatir por lo absurdo que a su juicio resulta:
“Lo atroz de esta frase
no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee
libros sólo para "informarse". Es uno de los estragos que puede
causar la adicción frenética a la pantallita.
Es decir, de forma
indirecta, Vargas Llosa explica el título del artículo: Internet ofrece solo
inofrmación, mientras que los libros ofrecen conocimiento, algo mucho más
valiso y profundo”. Da a entender también que la afirmación del “filósofo de
marras” es tan tonta que demuestra lo tontos que nos puede volver Internet.
Puesto que, aunque
enunciada de forma indirecta, la tesis se encuentra al final del texto, la estructura
sería de tipo inductivo.
En cuanto al tipo de
texto, se trata de un artículo periodístico de opinión, publicado en el Diario El
País. No se trata de un texto literario, pues el autor –aunque es un famoso
novelista- habla desde la realidad y
aporta sus opiniones personales sobre un tema de actualidad como es el uso y
abuso de Internet. La publicación en medio de comunicación de masas impone
además un lenguaje sencillo, accesible a cualquier personal de cultura media;
no utiliza tecnicismo y sí algún coloquialismo como “el filósofo de marras” o
el diminutivo con connotaciones despectivas “pantallita”.
El modo de elocución
utilizado es el argumentativo, puesto que el texto trata de convencer de una
tesis –supremacía del libro frente a Internet- a través de unos argumentos y
contraargumentos que el autor se encarga de rebatir..
La actitud del autor es
subjetiva, ya que da su opinión acerca de internet. Su opinión es negativa, ya
que habla de internet como una “inteligencia artificial” que nos impide
ejercitar nuestra memoria, una inteligencia de la que acabamos dependiendo.
No obstante, el autor
utiliza un tono que aparenta objetividad, puesto que trata de convencer a
través de hechos –los evidentes carencias de Internet frente al libro- y no
sobre las opiniones. Esto hace que, como vernos al analizar las funciones del
lenguaje, aparecen algunos procedimientos lingüísticos propios de la función
referencial, como construcciones impersonales y atributivas
El autor establece una
relación de cercanía con los lectores, que se puede ver en el uso de preguntas
como “¿Para qué mantener fresca y activa la memoria… más grande biblioteca del
mundo”?”, que tratan de hacer reflexionar al lector y además usa un léxico
accesible para todos. Se dirige a todo tipo de público, pero en especial a la
gente que depende de internet o a la gente que tiene experiencias relacionadas
con este tema, como madres que ven como sus hijos se van volviendo adictos a
internet, por ejemplo. El título de este artículo, “Más información, menos
conocimiento”, quiere resaltar la idea de que tener acceso a toda la
información que queramos cuando queramos no significa que sepamos más, es más,
el autor resalta que conocemos menos al no molestarnos en recordar toda esa
información, ya que sabemos que siempre va
a estar en internet a nuestra disposición.
La intención del autor
es concienciar a los lectores de que el uso de Internet esta afectando de forma
negativa a nuestra memoria, esto lo hace con adjetivos valorativos como
“recalcitrantes” y el uso de verbos en subjuntivo como “No es verdad que el
Internet sea sólo una herramienta”. Esto lo intenta hacer de una forma neutral
ya que se aprecia una cierta tendencia a dar su propia opinión pero lo intenta
ocultar tratando de mostrarse desapasionado y citando argumentos a favor de
Internet –como del del presunto filósofo- que resultan tan ridículos que se
desacreditan por sí mismos.
Valoración personal 1
Desde mi punto de vista, la llegada de
internet revolucionó nuestra sociedad y produjo muchos cambios en la forma de
buscar información. Me parece muy adecuada la forma de expresarse del autor. A
pesar de poner aspectos en contra del internet, lo primero que hace es admitir
que es un avance y una herramienta útil y rápida, ya que es algo innegable. El
autor piensa que ir de biblioteca en biblioteca, leyendo libros y buscando
información era una manera de ejercitar nuestro cerebro. Y estoy de acuerdo, es
verdad que de esa manera pensábamos más, comparábamos informaciones... Sin
embargo el internet nos ayuda a evitar todo eso, a conseguir lo mismo sin
apenas esfuerzo y no se puede decir que sea algo positivo para nosotros. Se
entiende bien lo que el autor quiere decirnos, pero tampoco usa una forma clara
y directa para explicarlo. Sino que lo hace más disimuladamente.
Sinceramente mi opinión es distinta a la
del autor. Pienso que internet soluciona muchas dudas y ofrece amplia
información. Soy estudiante y actualmente utilizo internet para todo. No se
trata de una adicción, sino de avanzar y evolucionar con ayuda de las nuevas
tecnologías. Creo que es bastante exagerado pensar que internet puede debilitar
nuestro cerebro. Cuando buscas información en la red, hay múltiples fuentes y
el internauta es el encargado de seleccionar y comparar entre las distintas
búsquedas, eso exige un pensamiento previo. No quiero decir con esto, que los
libros sean innecesarios. Estoy en contra al igual que el autor, con la
afirmación del filósofo. Pienso que leer da vocabulario, enseña muchas cosa,
entretiene... y no solo enseña.
Valoración personal 2
Yo opino igual que el
autor de este texto, creo que el uso de Internet nos ha facilitado mucho la
búsqueda de diversos temas, pero el uso abusivo de él nos perjudica, ya que
dejamos de usar parte de nuestros conocimientos y perdemos la buena costumbre
de hacernos valer por nosotros mismos buscando lo que necesitamos y gracias al
uso excesivo de Internet nos hemos hecho totalmente dependientes de él. El
ejemplo que pone el autor me parece una barbaridad, no entiendo como alguien
pueda decir que leer o buscar información en un libro sea una pérdida de
tiempo, sino todo lo contrario, creo que un libro te da diversos conocimientos
que buscar en la web no te da, como por ejemplo la capacidad de desarrollo
mental para poder buscar las diversas ideas que necesitas. Yo me veo una
persona como la que define el autor, no soy un caso tan extremo como el del
ejemplo que dan en el artículo, pero sí que uso con demasía el internet para
buscar cosas que podría buscar en libros diccionarios.
Todos deberíamos tener en
nuestro cerebro el pensamiento de que si dependemos mucho del uso del software,
dejaremos de ser capaces de hacer ciertas cosas simples, que nos producirán
encontrar otras formas de lograr diversos objetivos que a priori tendrían que
resultarnos fáciles de resolver, nos costará mucho y necesitaremos de estos
métodos más a menudo todavía. Deberíamos todos de controlar nuestro uso de
Internet, pero también de otros medios que nos facilitan tanto la vida y
hacernos valer más por nosotros mismos.
Valoración personal 3
Estoy de acuerdo con los argumentos que utiliza ya que es verdad que
al tener toda la información guardada en tu ordenador o en una página web, ni
siquiera te molestas en recordarla porque piensas que cuando la necesites
podrás volver a acceder a ella.
Yo
pienso que es un texto ameno que trata un tema de interés actual, ya que no se
para de hablar de la adicción a internet, de la creciente dependencia del
hombre hacia las máquinas… todos ellos son temas muy recurrentes en la
actualidad. Lo único es que, desde el punto de vista de un estudiante, sí que
estoy de acuerdo con que internet es una herramienta muy útil y necesaria
actualmente para conseguir información, pero no creo que por buscar la
información en las páginas webs deje de ejercitar la memoria, porque por
ejemplo en mi caso y en de muchos estudiantes buscamos esa información para
después recordarla, usamos esa información para aprender más sobre un tema.
Pero obviamente sé que hay muchos casos como los que describe el autor en su
artículo. Además, estoy muy de acuerdo con la última parte del texto,
concretamente con esta frase: “Lo atroz
de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea
que uno lee libros sólo para "informarse".”. Me parece muy triste
que haya algunas personas que crean que leer un libro sea una pérdida de tiempo
solo porque no sacan información de él, porque no les enseña nada útil.
Entonces yo pienso que realmente no entienden que no todos los libros sirven
para transmitir información, como los libros de texto, la mayoría sirven simplemente
para entretener y no se pierde el tiempo con ellos, ya que mientras los lees
disfrutas, te entretienen…
Funciones del lenguaje:
En este texto predomina la función expresiva,
referencial y apelativa, pues el autor pretende convencer a los lectores de una
opinión subjetiva, pero lo hace de una forma que pretende ser neutral,
mostrándose desapasionado de forma que los lectores se convenzan por la
evidencia de lo argumentado. Es decir, trata de convencer a partir de hechos y
no de opiniones, pues según él, es un hecho que Internet nos puede “atontar”.
Respecto a la función
expresiva, la encontramos con el uso de elementos que se relacionan con la
subjetividad, como la primera persona (“necesito”,
“mi
tiempo”), adjetivos valorativos “un buen uso de mi tiempo”, en relación a lo
aparentes beneficios de Internet o “recalcitrantes”,
que tiene connotaciones muy negativas, para referirse a los partidarios de esta
herramienta, lo que le posiciona ya de entrada frente a ellos.
Usa también términos connotativos como “se
entumece”, “soborna”, “esclavos”, son términos con connotaciones negativas
todos para referirse a los partidarios de Internet. El sufijo afectivo
“pantallita” tiene también connotaciones negativas y despectivas hacia los
ordenadores frente a los libros.
Otro elemento de subjetividad es
el uso de coloquialismos como ” clic en un ratón” o “el filósofo de marras” Ambos coloquialismos también
destinados a minusvalorar a aquellos partidarios de Internet.
También se podría
considerar que está presente la función
referencial puesto que, como ya dijimos, el autor adopta un tono que trata
de ser imparcial, demostrando que lo que
dice no son opiniones suyas, sino hechos evidentes. Así aparecen muchos
elementos lingüísticos relacionados con la objetividad, como son el predomino
de la tercera persona y las construcciones impersonales y atributivas: “no es
extraño”, además del el uso de construcciones impersonales “se trata”.
Predomina también el
uso del indicativo sobre el subjuntivo: “Es un utensilio que pasa a ser
una prolongación de nuestro propio cuerpo ”,“un internauta recabe una
información”, “exigía”, “alegan”,
“podría” y muchos otros. Y, aunque hay algunas oraciones interrogativas, la
inmensa mayoría son enunciativas.
Por otra parte, la intención de convencer al
lector, hace que también esté presente la función
apelativa. Se manifiesta fundamentalmente en el uso de oraciones
interrogativas, con las que interpela directamente al lector para hacerle
reflexionar a través de preguntas retóricas. Por ejemplo:“¿quién podría negar que es
un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño
clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le
exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas?” Otros
procedimientos lingüísticos propios de la función apelativa son propios también
de la función emotiva y nos referimos anteriormente a ellos, como los adjetivos
valorativos y el uso de términos connotativos.
A pesar de que Vargas Llosa es un
escritor de ran prestigio y Nobel de Literatura, no encontramos en este
artículo ningún procedimiento propio de la función poética, pues no utiliza
figuras retóricas reseñables. En conclusión, las funciones más destacadas son
la expresiva y la conativa, si bien encontramos también la referencial pues el
autor trata de convencer de hechos que considera evidentes e indiscutibles.
Valor estilístico de los
adjetivos del último párrafo del texto :
No es extraño,
por eso, que algunos fanáticos
de la Web, como el profesor Joe O'Shea, filósofo de la Universidad de Florida,
afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es
un buen uso de mi tiempo, ya
que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en
Internet, los libros son superfluos".
Lo atroz de esta frase no es
la afirmación final, sino que
el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse".
Es uno de los estragos que puede causar la adicción
frenética a la pantallita.
El adjetivo es una categoría
gramatical variable que sirve para complementar al sustantivo , de modo que
todos los adjetivos conciertan con el sustantivo al que complementan en género
y número. Puesto que, como hemos visto se trata de un artículo de opinión que
utiliza fundamentalmente el modo de elocución argumentativo, los adjetivos que
encontraremos serán valorativos más que descriptivos y, como veremos a
continuación se encaminarán en este fragmento a desprestigiar o ridiculizar a
los partidarios de Internet, que el autor considera una simple herramienta de
información, muy inferior a los libros, que son una fuente de conocimiento
mucho más valiosa .
Según su forma, todos los
adjetivos, salvo uno, están en grado
positivo, es decir, expresan
una cualidad sin añadir una dar idea de intensidad. En grado comparativo de
superioridad encontramos “mayor rapidez”; se trata de un comparativo que
procede directamente del latín y que además de a tamaño puede aludir, como en
este caso a rapidez. En nuestro ejemplo, la rapidez de Internet se compara con
la del acceso a la información a través de los libros, algo que el autor no
discute en modo alguno.
Si clasificamos los adjetivos según su significado, encontramos que
en el texto predominan, como ya dijimos los valorativos, aquellos que se refieren a cualidades opinables y por
tanto subjetivas. Encontramos los siguientes:
-
No es extraño
que…, que
el autor utiliza para opinar sobre las posiciones contrarias.
-
fanáticos (que aparece sustantivado), que tiene
connotaciones muy negativas para referirse a los partidarios de Internet
-
Frenética, referida a la adicción y que intensifica las connotaciones
negativas de este sustantivo.
-
Atroz, también sustantivado; adjetivo de fuertes connotaciones negativas
que el autor utiliza para desacreditar la opinión del filósofo que considera
inútiles los libros.
-
Buen uso de mi tiempo, tiene
connotaciones positivas, pero está usando de forma irónica, pues el autor no
cree que lo fundamental sea ahorrar tiempo.
-
Lo mismo ocurre con superfluos,
referido a los libros, pues aunque haya
quien lo opine, de ninguna manera es lo que piensa el autor.
El adjetivo final referido afirmación,
sería por su significado un adjetivo
clasificador –pues se refiere a una categoría objetiva referida al lugar en
que se produce. En este caso a la afirmación hecha en último lugar por el
filósofo citado.
El adjetivo experimentado referido
a cazador, tiene también un sentido
clasificador, pues aunque el término cazador esté usado metafóricamente para
referirse a los usuarios de la red para rastrear información, situaría de forma
objetiva a esos “cazadores” dentro de una categoría objetiva, aquellos que
tienen probada experiencia en algo.
Si consideramos los adjetivos en cuanto a su función respecto al
sustantivo encontramos dos que califican al sustantivo a través de un verbo
copulativo y funcionan por tanto como atributos.
Serían “No es extraño” y “Los libros son superfluos”. La
atribución se relaciona generalmente con la función referencial y el deseo de
objetividad, pues aunque el adjetivo sea valorativo –como los dos citados- la
construcción atributiva da por sentado que esa cualidad se produce siempre y en
todos los casos.
No obstante, la mayor parte
de los adjetivos del texto califican
directamente al sustantivo, como adyacentes. De los cinco adjetivos adyacentes
que encontramos, dos aparecen antepuestos y tres pospuestos. Los adjetivos
antepuestos en principio se relacionan con una mayor subjetividad y con una
función explicativa, es decir, de resaltar una cualidad implícita en el sustantivo al que se refieren.
Así ocurre con “Buen uso” , pues aunque no todos los usos
del tiempo sean buenos, ala posición antepuesta subraya que el hecho de
encontrar rápidamente la informacij es hacer un uso adecuado, pues ahorra
tiempo. Lo mismo ocurre con mayor rapidez. La anteposición de un carácter más
subjetivo al adjetivo.
En cuanto a los adjetivos
adyacentes pospuestos, en principio tienen una función especificativa, es
decir, añaden una cualidad nueva al sustantivo al que se refieren y se relacionan
por tanto con la objetividad.
Encontramos pospuestos: cazador experimentado, afirmación final y adicción frenética. Los dos
primeros sí se pueden decir que tengan carácter especificativo, pues experimentado indica un tipo de cazador,
y final, un tipo de afirmación, es
decir, que ambos sirven para precisar, para especificar a qué cazador y a qué afirmación
respectivamente se está refiriendo el autor.
Sin embargo, en el caso de adicción frenética, no ocurre lo mismo, pues frenética no especifica un tipo concreto de
adicción sino que resalta el frenesí, la pulsión irreprimible, que caracteriza
de algún modo a todas las adicciones.
Finalmente, y como ya
mencionados, encontramos dos adjetivos sustantivados fanáticos
y atroz, que no realizan por
tanto la función de adjetivos, sino la de sustantivos.
Como conclusión, podríamos
resaltar, por una parte, la presencia destacada de adjetivos valorativos,
propios de los textos subjetivos, y por otra la escasez de adjetivos
antepuestos, frente a atributos y adjetivos pospuestos , que se relacionan más
con la objetividad y que en ese caso, demostrarían el deseo del autor de
aparentar objetividad en las formas, aunque se trate de un texto de contenido
puramente subjetivo.
Sintaxis
Los defensores recalcitrantes del software alegan que se
trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa
P1) Los defensores recalcitrantes del software ( sujeto) alegan
(núcelo verbal) – Proposición principal.
·
P2) que
(conjunción completiva, nexo sin función) se trata de una herramienta – Proposición
subordinada sustantiva CD de P1. Núcleo verbal,
la forma pronominal se trata.
Y ( nexo coordinante copulativo que une P2 y P3
·
P3) que
( conjunción, sin función) está al servicio – Proposición subordinada sustantiva, también
CD de p1 y Coordinada copulativa a P2. Núcel verbal está.
o
P4) de quien la usa – Proposición
subordinada adjetiva sustantivada CN preposicional de “servicio”, dentro de P3.
El nexo es el pronombre relativo quien, que funciona como Sujeto de
su propia proposición. Núcleo verbal usa.
Se trata
de una oración compuesta por cuatro porposiciones de las cuales hay una única
principal. La proposición principal (P1) tiene como núcleo verbal “alegan” e
incluye dos proposiciones subordinadas sustantivas en función de CD, ambas
introducidas por la conjunción completiva “que” , coordinadas copulativas entre
sí mediante la conjunción “y”. La primera subordinada (P2) tiene como núcleo
verbal la forma pronominal “se trata” y la segunda (P3), el verbo copulativo
“está”. P2 incluye a su vez una subordinada adjetiva sustantivada (P4), cuyo
núcleo verbal es “usa” y que funciona
como complemento del nombre preposicional de “servicio”, introducida por el pronombre relativo “quien”
en función de sujeto dentro de su propia proposición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario