martes, 4 de noviembre de 2014

MÁS INFORMACIÓN, MENOS CONOCIMIENTO (Mario Vargas Llosa)

Más información, menos conocimiento

Los defensores recalcitrantes del software alegan que se trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa y, desde luego, hay abundantes experimentos que parecen corroborarlo, siempre y cuando estas pruebas se efectúen en el campo de acción en el que los beneficios de aquella tecnología son indiscutibles: ¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas? Pero también hay pruebas concluyentes de que, cuando la memoria de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos que dejan de usarse.

No es verdad que el Internet sea sólo una herramienta. Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo, de nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera discreta, se va adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar, renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a veces, mejor que él. No es una metáfora poética decir que la "inteligencia artificial" que está a su servicio, soborna y sensualiza a nuestros órganos pensantes, los que se van volviendo, de manera paulatina, dependientes de aquellas herramientas, y, por fin, en sus esclavos. ¿Para qué mantener fresca y activa la memoria si toda ella está almacenada en algo que un programador de sistemas ha llamado "la mejor y más grande biblioteca del mundo"? ¿Y para qué aguzar la atención si pulsando las teclas adecuadas los recuerdos que necesito vienen a mí, resucitados por esas diligentes máquinas?

No es extraño, por eso, que algunos fanáticos de la Web, como el profesor Joe O'Shea, filósofo de la Universidad de Florida, afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos". Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse". Es uno de los estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita.

MARIO VARGAS LLOSA, El País, 31 de julio de 2011

1. Esquema del texto [1 punto].
2. Comentario crítico del texto [3 puntos]:
2.1. Tema, estructura, actitud e intencionalidad del autor y tipo de texto [2 puntos].
2.2. Valoración personal [1 punto].
3. Análisis sintáctico del fragmento siguiente: “Los defensores recalcitrantes del software alegan que se
trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa.” [2 puntos].
4. Valor estilístico de los adjetivos del último párrafo del texto (líneas 22-28) [2 puntos].
5. Funciones del lenguaje presentes en el texto  [2 puntos].

Esquema
1)      Beneficios de internet como herramienta
1.1) Rapidez en la búsqueda de información
2)      Defectos  de internet
2.1)  Decadencia de la memoria por la falta de ejercicio
2.2)  Excesiva dependencia

         3)  Internet frente a los libros
                               3.1) Opinión Joe o´Shea
                                               3.1.1) Inutilidad de los libros
                                               3.1.2) Internet es más rápido y eficaz 
                               3.2) Contraargumento del autor
                                               3.2.1) Leer es mucho mejor
                                                 3.2.2) Los libros ofrecen mucho más que información
                              
Comentario crítico
El tema central del texto es la superioridad de los libros frente a internet como fuente de conocimiento.
El texto preenta una estructura externa en tres párrafos y un título “Más información, menos conocimiento” que a través de una elipsis y una paradoja capta la atención de los lectores y anticipa la tesis: Internet ofrece solo información, pero no pueden competir con los libros que son una fuente de conocimiento. El título plantea la paradoja sin resolverla; el lecgtor comprenderá a loque se refiere cuando lea todo el artículo completo.
En cuanto a la estructura interna, el texto se podría dividir en tres partes, que no se corresponderían exactamente con los párrafos.
1º parte: Llegaría hasta  el final de la pregunta del primer párrafo, en la línea 5 (“¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas? “) . Esta primera parte funciona como intrudcción, pues el autor presenta la opinión generalizada de las bondades de Internet como fuente de información, pero lo hace como una tesis contraria a la suya y que todo el texto tratará de refutar.
2º parte: Iría desde el  final de la línea 5, desde “Pero también hay pruebas concluyentes…” hasta  el final del segundo párrafo. Esta parte funciona como un primer argumento del autor que trata de rebatir la opinión de lo beneficioso de Internet. El autor enumera en esta parte las desventajas de Internet:  nos hace dependientes, nos debilita la memoria y que nos hace más vagos.
3º parte: Abarca el último párrafo. En esta parte se ofrece, como argumento contrario a la tesis del autor, la opinión del filósofo Joe O´Shea, para el que leer supone una perdida de tiempo, dada la rapidez de encontrar información en Internet.
Las dos súltimas línea del texto sería la tesis de Vargas Llosa, contraria desde luego a la opinión anterior, que no se molesta en rebatir por lo absurdo que a su juicio resulta:
“Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse". Es uno de los estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita.
Es decir, de forma indirecta, Vargas Llosa explica el título del artículo: Internet ofrece solo inofrmación, mientras que los libros ofrecen conocimiento, algo mucho más valiso y profundo”. Da a entender también que la afirmación del “filósofo de marras” es tan tonta que demuestra lo tontos que nos puede volver Internet.
Puesto que, aunque enunciada de forma indirecta, la tesis se encuentra al final del texto, la estructura sería de tipo inductivo.
En cuanto al tipo de texto, se trata de un artículo periodístico de opinión, publicado en el Diario El País. No se trata de un texto literario, pues el autor –aunque es un famoso novelista-  habla desde la realidad y aporta sus opiniones personales sobre un tema de actualidad como es el uso y abuso de Internet. La publicación en medio de comunicación de masas impone además un lenguaje sencillo, accesible a cualquier personal de cultura media; no utiliza tecnicismo y sí algún coloquialismo como “el filósofo de marras” o el diminutivo con connotaciones despectivas “pantallita”.
El modo de elocución utilizado es el argumentativo, puesto que el texto trata de convencer de una tesis –supremacía del libro frente a Internet- a través de unos argumentos y contraargumentos que el autor se encarga de rebatir.. 
La actitud del autor es subjetiva, ya que da su opinión acerca de internet. Su opinión es negativa, ya que habla de internet como una “inteligencia artificial” que nos impide ejercitar nuestra memoria, una inteligencia de la que acabamos dependiendo.
No obstante, el autor utiliza un tono que aparenta objetividad, puesto que trata de convencer a través de hechos –los evidentes carencias de Internet frente al libro- y no sobre las opiniones. Esto hace que, como vernos al analizar las funciones del lenguaje, aparecen algunos procedimientos lingüísticos propios de la función referencial, como construcciones impersonales y atributivas

El autor establece una relación de cercanía con los lectores, que se puede ver en el uso de preguntas como “¿Para qué mantener fresca y activa la memoria… más grande biblioteca del mundo”?”, que tratan de hacer reflexionar al lector y además usa un léxico accesible para todos. Se dirige a todo tipo de público, pero en especial a la gente que depende de internet o a la gente que tiene experiencias relacionadas con este tema, como madres que ven como sus hijos se van volviendo adictos a internet, por ejemplo. El título de este artículo, “Más información, menos conocimiento”, quiere resaltar la idea de que tener acceso a toda la información que queramos cuando queramos no significa que sepamos más, es más, el autor resalta que conocemos menos al no molestarnos en recordar toda esa información, ya que sabemos que siempre va  a estar en internet a nuestra disposición.
La intención del autor es concienciar a los lectores de que el uso de Internet esta afectando de forma negativa a nuestra memoria, esto lo hace con adjetivos valorativos como “recalcitrantes” y el uso de verbos en subjuntivo como “No es verdad que el Internet sea sólo una herramienta”. Esto lo intenta hacer de una forma neutral ya que se aprecia una cierta tendencia a dar su propia opinión pero lo intenta ocultar tratando de mostrarse desapasionado y citando argumentos a favor de Internet –como del del presunto filósofo- que resultan tan ridículos que se desacreditan por sí mismos.

Valoración personal 1
   Desde mi punto de vista, la llegada de internet revolucionó nuestra sociedad y produjo muchos cambios en la forma de buscar información. Me parece muy adecuada la forma de expresarse del autor. A pesar de poner aspectos en contra del internet, lo primero que hace es admitir que es un avance y una herramienta útil y rápida, ya que es algo innegable. El autor piensa que ir de biblioteca en biblioteca, leyendo libros y buscando información era una manera de ejercitar nuestro cerebro. Y estoy de acuerdo, es verdad que de esa manera pensábamos más, comparábamos informaciones... Sin embargo el internet nos ayuda a evitar todo eso, a conseguir lo mismo sin apenas esfuerzo y no se puede decir que sea algo positivo para nosotros. Se entiende bien lo que el autor quiere decirnos, pero tampoco usa una forma clara y directa para explicarlo. Sino que lo hace más disimuladamente.
    Sinceramente mi opinión es distinta a la del autor. Pienso que internet soluciona muchas dudas y ofrece amplia información. Soy estudiante y actualmente utilizo internet para todo. No se trata de una adicción, sino de avanzar y evolucionar con ayuda de las nuevas tecnologías. Creo que es bastante exagerado pensar que internet puede debilitar nuestro cerebro. Cuando buscas información en la red, hay múltiples fuentes y el internauta es el encargado de seleccionar y comparar entre las distintas búsquedas, eso exige un pensamiento previo. No quiero decir con esto, que los libros sean innecesarios. Estoy en contra al igual que el autor, con la afirmación del filósofo. Pienso que leer da vocabulario, enseña muchas cosa, entretiene... y no solo enseña.
Valoración personal  2
Yo opino igual que el autor de este texto, creo que el uso de Internet nos ha facilitado mucho la búsqueda de diversos temas, pero el uso abusivo de él nos perjudica, ya que dejamos de usar parte de nuestros conocimientos y perdemos la buena costumbre de hacernos valer por nosotros mismos buscando lo que necesitamos y gracias al uso excesivo de Internet nos hemos hecho totalmente dependientes de él. El ejemplo que pone el autor me parece una barbaridad, no entiendo como alguien pueda decir que leer o buscar información en un libro sea una pérdida de tiempo, sino todo lo contrario, creo que un libro te da diversos conocimientos que buscar en la web no te da, como por ejemplo la capacidad de desarrollo mental para poder buscar las diversas ideas que necesitas. Yo me veo una persona como la que define el autor, no soy un caso tan extremo como el del ejemplo que dan en el artículo, pero sí que uso con demasía el internet para buscar cosas que podría buscar en libros diccionarios.  
Todos deberíamos tener en nuestro cerebro el pensamiento de que si dependemos mucho del uso del software, dejaremos de ser capaces de hacer ciertas cosas simples, que nos producirán encontrar otras formas de lograr diversos objetivos que a priori tendrían que resultarnos fáciles de resolver, nos costará mucho y necesitaremos de estos métodos más a menudo todavía. Deberíamos todos de controlar nuestro uso de Internet, pero también de otros medios que nos facilitan tanto la vida y hacernos valer más por nosotros mismos.
Valoración personal  3

Estoy de acuerdo con los argumentos que utiliza ya que es verdad que al tener toda la información guardada en tu ordenador o en una página web, ni siquiera te molestas en recordarla porque piensas que cuando la necesites podrás volver a acceder a ella.
Yo pienso que es un texto ameno que trata un tema de interés actual, ya que no se para de hablar de la adicción a internet, de la creciente dependencia del hombre hacia las máquinas… todos ellos son temas muy recurrentes en la actualidad. Lo único es que, desde el punto de vista de un estudiante, sí que estoy de acuerdo con que internet es una herramienta muy útil y necesaria actualmente para conseguir información, pero no creo que por buscar la información en las páginas webs deje de ejercitar la memoria, porque por ejemplo en mi caso y en de muchos estudiantes buscamos esa información para después recordarla, usamos esa información para aprender más sobre un tema. Pero obviamente sé que hay muchos casos como los que describe el autor en su artículo. Además, estoy muy de acuerdo con la última parte del texto, concretamente con esta frase: “Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse".”. Me parece muy triste que haya algunas personas que crean que leer un libro sea una pérdida de tiempo solo porque no sacan información de él, porque no les enseña nada útil. Entonces yo pienso que realmente no entienden que no todos los libros sirven para transmitir información, como los libros de texto, la mayoría sirven simplemente para entretener y no se pierde el tiempo con ellos, ya que mientras los lees disfrutas, te entretienen…

Funciones del lenguaje:
En este texto predomina la función expresiva, referencial y apelativa, pues el autor pretende convencer a los lectores de una opinión subjetiva, pero lo hace de una forma que pretende ser neutral, mostrándose desapasionado de forma que los lectores se convenzan por la evidencia de lo argumentado. Es decir, trata de convencer a partir de hechos y no de opiniones, pues según él, es un hecho que Internet nos puede “atontar”.

Respecto a la función expresiva, la encontramos con el uso de elementos que se relacionan con la subjetividad, como la primera persona (necesito, “mi tiempo”), adjetivos valorativos “un buen uso de mi tiempo”, en relación a lo aparentes beneficios de Internet  o “recalcitrantes”, que tiene connotaciones muy negativas, para referirse a los partidarios de esta herramienta, lo que le posiciona ya de entrada frente a ellos.
Usa también términos connotativos como “se entumece”, “soborna”, “esclavos”, son términos con connotaciones negativas todos para referirse a los partidarios de Internet. El sufijo afectivo “pantallita” tiene también connotaciones negativas y despectivas hacia los ordenadores frente a los libros.
Otro elemento de subjetividad es el uso de coloquialismos como ” clic en un ratón” o el filósofo de marras Ambos coloquialismos también destinados a minusvalorar a aquellos partidarios de Internet.


También se podría considerar que está presente la función referencial puesto que, como ya dijimos, el autor adopta un tono que trata de ser  imparcial, demostrando que lo que dice no son opiniones suyas, sino hechos evidentes. Así aparecen muchos elementos lingüísticos relacionados con la objetividad, como son el predomino de la tercera persona y las construcciones impersonales y atributivas: “no es extraño”, además del el uso de construcciones impersonales “se trata”.
Predomina también el uso del indicativo sobre el subjuntivo: “Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo ”,“un internauta recabe una información”,  “exigía”, “alegan”, “podría” y muchos otros. Y, aunque hay algunas oraciones interrogativas, la inmensa mayoría son enunciativas.

Por otra parte, la intención de convencer al lector, hace que también esté presente la función apelativa. Se manifiesta fundamentalmente en el uso de oraciones interrogativas, con las que interpela directamente al lector para hacerle reflexionar a través de preguntas retóricas. Por ejemplo:“¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas?” Otros procedimientos lingüísticos propios de la función apelativa son propios también de la función emotiva y nos referimos anteriormente a ellos, como los adjetivos valorativos y el uso de términos connotativos.

A pesar de que Vargas Llosa es un escritor de ran prestigio y Nobel de Literatura, no encontramos en este artículo ningún procedimiento propio de la función poética, pues no utiliza figuras retóricas reseñables. En conclusión, las funciones más destacadas son la expresiva y la conativa, si bien encontramos también la referencial pues el autor trata de convencer de hechos que considera evidentes e indiscutibles.


Valor estilístico de los adjetivos del último párrafo del texto :
No es extraño, por eso, que algunos fanáticos de la Web, como el profesor Joe O'Shea, filósofo de la Universidad de Florida, afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos". Lo atroz de esta frase no es la afirmación final, sino que el filósofo de marras crea que uno lee libros sólo para "informarse". Es uno de los estragos que puede causar la adicción frenética a la pantallita.
El adjetivo es una categoría gramatical variable que sirve para complementar al sustantivo , de modo que todos los adjetivos conciertan con el sustantivo al que complementan en género y número. Puesto que, como hemos visto se trata de un artículo de opinión que utiliza fundamentalmente el modo de elocución argumentativo, los adjetivos que encontraremos serán valorativos más que descriptivos y, como veremos a continuación se encaminarán en este fragmento a desprestigiar o ridiculizar a los partidarios de Internet, que el autor considera una simple herramienta de información, muy inferior a los libros, que son una fuente de conocimiento mucho más valiosa .
Según su forma, todos los adjetivos, salvo uno, están en  grado positivo, es decir, expresan una cualidad sin añadir una dar idea de intensidad. En grado comparativo de superioridad encontramos “mayor rapidez”; se trata de un comparativo que procede directamente del latín y que además de a tamaño puede aludir, como en este caso a rapidez. En nuestro ejemplo, la rapidez de Internet se compara con la del acceso a la información a través de los libros, algo que el autor no discute en modo alguno.
Si clasificamos los adjetivos según su significado, encontramos que en el texto predominan, como ya dijimos los valorativos, aquellos que se refieren a cualidades opinables y por tanto subjetivas. Encontramos los siguientes:
-          No es extraño que…, que el autor utiliza para opinar sobre las posiciones contrarias.
-           fanáticos (que aparece sustantivado), que tiene connotaciones muy negativas para referirse a los partidarios de Internet
-          Frenética, referida a la adicción y que intensifica las connotaciones negativas de este sustantivo.
-          Atroz, también sustantivado; adjetivo de fuertes connotaciones negativas que el autor utiliza para desacreditar la opinión del filósofo que considera inútiles los libros.
-          Buen uso de mi tiempo, tiene connotaciones positivas, pero está usando de forma irónica, pues el autor no cree que lo fundamental sea ahorrar tiempo.
-          Lo mismo ocurre con superfluos, referido a los libros,  pues aunque haya quien lo opine, de ninguna manera es lo que piensa el autor.

El adjetivo final referido afirmación, sería por su significado un adjetivo clasificador –pues se refiere a una categoría objetiva referida al lugar en que se produce. En este caso a la afirmación hecha en último lugar por el filósofo citado.
El adjetivo experimentado  referido a cazador, tiene también un sentido clasificador, pues aunque el término cazador esté usado metafóricamente para referirse a los usuarios de la red para rastrear información, situaría de forma objetiva a esos “cazadores” dentro de una categoría objetiva, aquellos que tienen probada experiencia en algo.
Si consideramos los adjetivos en cuanto a su función respecto al sustantivo encontramos dos que califican al sustantivo a través de un verbo copulativo y funcionan por tanto como atributos. Serían “No es extraño” y “Los libros son superfluos”. La atribución se relaciona generalmente con la función referencial y el deseo de objetividad, pues aunque el adjetivo sea valorativo –como los dos citados- la construcción atributiva da por sentado que esa cualidad se produce siempre y en todos los casos.
No obstante, la mayor parte de  los adjetivos del texto califican directamente al sustantivo, como adyacentes. De los cinco adjetivos adyacentes que encontramos, dos aparecen antepuestos y tres pospuestos. Los adjetivos antepuestos en principio se relacionan con una mayor subjetividad y con una función explicativa, es decir, de resaltar una cualidad implícita  en el sustantivo al que se refieren.
Así ocurre con  “Buen uso” , pues aunque no todos los usos del tiempo sean buenos, ala posición antepuesta subraya que el hecho de encontrar rápidamente la informacij es hacer un uso adecuado, pues ahorra tiempo. Lo mismo ocurre con mayor rapidez. La anteposición de un carácter más subjetivo al adjetivo.
En cuanto a los adjetivos adyacentes pospuestos, en principio tienen una función especificativa, es decir, añaden una cualidad nueva al sustantivo al que se refieren y se relacionan por tanto con la objetividad.
Encontramos pospuestos: cazador experimentado, afirmación final y adicción frenética. Los dos primeros sí se pueden decir que tengan carácter especificativo, pues experimentado indica un tipo de cazador, y final, un tipo de afirmación, es decir, que ambos sirven para precisar, para especificar  a qué cazador y a qué afirmación respectivamente se está refiriendo el autor.
Sin embargo, en el caso de adicción frenética,  no ocurre lo mismo, pues  frenética no especifica un tipo concreto de adicción sino que resalta el frenesí, la pulsión irreprimible, que caracteriza de algún modo a todas las adicciones.
Finalmente, y como ya mencionados, encontramos dos adjetivos sustantivados  fanáticos y atroz, que no realizan por tanto la función de adjetivos, sino la de sustantivos.
Como conclusión, podríamos resaltar, por una parte, la presencia destacada de adjetivos valorativos, propios de los textos subjetivos, y por otra la escasez de adjetivos antepuestos, frente a atributos y adjetivos pospuestos , que se relacionan más con la objetividad y que en ese caso, demostrarían el deseo del autor de aparentar objetividad en las formas, aunque se trate de un texto de contenido puramente subjetivo.

Sintaxis
Los defensores recalcitrantes del software alegan que se trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa
P1) Los defensores recalcitrantes del software ( sujeto) alegan (núcelo verbal) –  Proposición principal.
·         P2) que (conjunción completiva, nexo sin función) se trata de una herramienta – Proposición subordinada sustantiva CD de P1. Núcleo verbal,  la forma pronominal se trata.
Y ( nexo coordinante copulativo que une P2 y P3
·         P3) que ( conjunción, sin función) está al servicio  – Proposición subordinada sustantiva, también CD de p1 y Coordinada copulativa a P2. Núcel verbal está.
o   P4) de quien la usa – Proposición subordinada adjetiva sustantivada CN preposicional de “servicio”, dentro de P3. El nexo es el pronombre relativo quien, que funciona como Sujeto de su propia proposición.  Núcleo verbal usa.

Se trata de una oración compuesta por cuatro porposiciones de las cuales hay una única principal. La proposición principal (P1) tiene como núcleo verbal “alegan” e incluye dos proposiciones subordinadas sustantivas en función de CD, ambas introducidas por la conjunción completiva “que” , coordinadas copulativas entre sí mediante la conjunción “y”. La primera subordinada (P2) tiene como núcleo verbal la forma pronominal “se trata” y la segunda (P3), el verbo copulativo “está”. P2 incluye a su vez una subordinada adjetiva sustantivada (P4), cuyo núcleo verbal es “usa” y  que funciona como complemento del nombre preposicional de “servicio”,  introducida por el pronombre relativo “quien” en función de sujeto dentro de su propia proposición. 

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