miércoles, 22 de noviembre de 2017

CONTEXTO LITERARIO DE "LA CASA DE BERNARDA ALBA"

 

Generación del 27


La generación del 27 es una promoción literaria excepcional que entra en escena en los años 20. Dado que es un movimiento literario que se circunscribe solo a un grupo de poetas que mantenían relaciones de amistad se suele denominar también grupo poético del 27.

La vinculación entre los diversos miembros de este grupo poético es bastante estrecha y está determinada por su parecida procedencia social (burguesía acomodada), la colaboración en las mismas revistas poéticas y la convivencia de algunos de ellos en la Residencia de Estudiantes de Madrid, vinculada a la Institución Libre de Enseñanza, de carácter muy progresista., que funcionaba como centro cultural de primer orden.

Forman parte de este grupo los poetas Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. Miguel Hernández, algo más joven y con una formación cultural y una poética diferente no está incluido en el grupo aunque fue, según Dámaso Alonso, un “genial epígono”.

Cabe destacar que, además de los poetas anteriores, había otros artistas muy vinculados al grupo, como el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel o el músico Manuel de Falla. Los dos primeros, por ejemplo, vivieron también en la Residencia de Estudiantes. Además, los propios poetas cultivaron otras artes, por ejemplo, Lorca dibujaba y tocaba el piano y Alberti era también pintor.

La fecha de 1927 alude al tercer centenario de la muerte del poeta barroco Luis de Góngora, que los poetas de este grupo celebraron con un acto en el Ateneo de Sevilla en el que le rindieron homenaje y reconocimiento. Los poetas del 27 reivindicaban la figura de Góngora, que consideraban injustamente olvidada, pues consideraban que se adelantó a su tiempo al practicar una poesía pura, desligada de la obligación de servir a la realidad, que era a lo que ellos también aspiraban. En este año de 1927 empiezan a publicarse las revistas más significativas del grupo y también algunas de las mejores obras  de estos poetas.

El panorama que los poetas del 27 encontraron en España, aparte de las influencias vanguardistas ya citadas, era muy heterogéneo; además, pervive la Generación del 98,
con el prestigio de autores consagrados (Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez). La obra de estos maestros nunca fue puesta en entredicho por los jóvenes autores. También influye en el grupo el Novecentismo que encabeza el filósofo José Ortega y Gasset. Los criterios estéticos de esta corriente apuntan a las ideas que este recoge en su ensayo La deshumanización del arte (1925). La Revista de Occidente, fundada por Ortega,  sirvió además de trampolín para algunos autores del 27.

También se ha de señalar a Ramón Gómez de la Serna, quien desde su revista Prometeo o su tertulia en el Café Pombo, proclama la necesidad de los cambios. La creación de las greguerías (combinación de metáfora + humor) supuso un avance en la renovación del lenguaje literario. Por último, Juan Ramón Jiménez (poesía pura) fue otro de los maestros del grupo

Los poetas de la generación del 27 se caracterizan por su eclecticismo (utilizan formas y elementos procedentes de estilos muy diferentes): están influidos por los movimientos de vanguardia, especialmente por el surrealismo y el ultraísmo, pero se diferencian de los vanguardismos europeos en que no rechazan la tradición literaria anterior, sino que admiran a poetas como Garcilaso, Góngora, Bécquer, la lírica popular, el romancero y por supuesto, la poesía pura de Juan Ramón Jiménez.

A pesar de las influencias y rasgos comunes, cada poeta del grupo tiene su propio estilo y personalidad. No obstante, hay puntos comunes: la rebeldía frente a las convenciones y el cultivo del verso libre. Los libros poéticos marcados por el surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis Cernuda en Los placeres prohibidos reivindica la homosexualidad igual que Lorca en Poeta en Nueva York, uniéndola a una crítica del capitalismo.

En la década de los 30, muchos de ellos se posicionaron con ideologías políticas revolucionarias. Así, algunos de ellos escriben una su poesía realista, de denuncia social y de combate, que se encuentra prefigurada en algunos versos de Poeta en Nueva York de Lorca. Ya con la guerra llegaron la muerte, la dispersión y el exilio. Los poetas que sobrevivieron evolucionaron en direcciones distintas.

 

Federico García Lorca (1898-1936)




Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.

Fachadas de cal ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.

Madre, cuando yo me muera
Que se enteren lo señores:
Pon telegramas azules
Que vayan de Sur a Norte.




Federico García Lorca nace en 1898, prácticamente con el siglo XX y es asesinado en 1936 al principio de la Guerra Civil española. Es uno de los escritores más célebres del siglo XX. Su asesinato contribuyó a su difusión, pero, con el tiempo, su vigencia y su prestigio continúan siendo enormes.

Hijo de una familia acomodada  de Granada, estudió música con Manuel de Falla y se trasladó luego a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes. Compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros momentos cruciales para el arte del siglo XX. Viajó a Nueva York y a Cuba en el curso 29-30, donde fue testigo del crack de la Bolsa del 29. Se dedica desde muy joven tanto a la poesía como al teatro. Alcanza renombre nacional con su Romancero Gitano y con sus dramas de ambientación andaluza en los primeros años 30. Durante la República dirige la Compañía Teatral La Barraca, que forma parte del proyecto gubernamental “Misiones Pedagógicas” que tratan de llevar el Teatro Clásico a las zonas rurales más alejadas de la cultura.

Su republicanismo de izquierda, su homosexualidad y su condición de triunfador hicieron de él una de las primeras víctimas de la guerra. Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto de 1936 fue detenido en Granada, en donde las autoridades eran ya del bando de los sublevados nacionales. Federico García Lorca fue ejecutado, como tantos otros, en la cuneta de una carretera y su cuerpo permanece enterrado en una fosa común anónima junto a otros represaliados.

El estilo de García Lorca es muy peculiar y se percibe en todas sus obras, tanto en poesía como en teatro. Es lo que se conoce como universo lorquiano, que se alimenta de sus propias obsesiones y se define por unos rasgos constantes. Como otros poetas del 27, Lorca adopta elementos de los vanguardismos –sobre todo del surrealismo-, que era lo que estaba de moda en el momento, pero sin renunciar a un clasicismo de fondo –Renacimiento, Barroco, Romanticismo…-, así como a una fuerte influencia de la poesía popular andaluza. Sobre estas bases, Lorca construye su propio lenguaje poético, que se caracteriza por un código de símbolos que se repiten constantemente: la luna, el agua, la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico, constantes en toda su obra.

Obra poética: Lorca publica libros de poesía de forma casi constante desde 1921. Sus obras poéticas más importantes son Poema del Cante Jondo, Romancero Gitano, Poeta en Nueva York y Diván del Tamarit, el magistral Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías y los Sonetos del Amor Oscuro –publicados ya después de su muerte-.

Romancero gitano (1928)



Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

“Romance de la pena negra”


El Romancero gitano es una obra poética de Federico García Lorca, publicada en 1928. Está compuesta por dieciocho romances en los que dominan elementos simbólicos como la noche, la muerte, el cielo, la luna y que giran en torno a la cultura gitana. La obra supone una síntesis entre la poesía popular y la culta y transcurre entre dos motivos centrales, Andalucía y los gitanos, tratados de manera metafórica y mítica.

Los gitanos aparecen como símbolo de un pueblo que sufre, que vive al margen de la sociedad, que se siente perseguido y que lucha contra la autoridad que los persigue. Los gitanos representan así un tema recurrente en toda la obra de Lorca, el conflicto entre autoridad y libertad; entre la ley natural y la ley social y convencional. El propio García Lorca señala que su interés se centra no en describir una situación concreta, sino en el choque que se da una y otra vez entre fuerzas encontradas: en un poema que describe la pugna entre la Guardia Civil y los gitanos, llama a estos bandos romanos y "cartagineses", para dar a entender esa permanencia del conflicto.

En el Romancero se une el lenguaje popular, sencillo y espontáneo, con un lenguaje culto, una simbología propia y elementos vanguardistas.


En la obra de Lorca, los protagonistas suelen ser los marginados por la sociedad: en el Romancero, los gitanos; en Poeta en Nueva York, los negros, y la mujer en obras como La casa de Bernarda Alba, Yerma, Bodas de sangre, Mariana Pineda, Doña Rosita o el lenguaje de las flores.

Poeta en Nueva York (1930)




El mascarón ¡mirad el mascarón !
¡Cómo viene del África a New York !(…)
Que ya las cobras silbarán por los últimos pisos
que ya las ortigas estremecerán patios y terrazas,
que ya la Bolsa será una pirámide de musgo.
¡Cómo escupe veneno del bosque
Por la angustia imperfecta de Nueva York!

***

Los negros lloraban confundidos / entre paraguas
y soles de oro, / (…) Negros, Negros, Negros,
Negros / (…) Es la sangre que viene que vendrá /
por los tejados y azoteas, por todas partes, para
quemar la clorofila de las mujeres rubias (…) /
aguardad bajo la sombra vegetal de vuestro rey /
a que cicutas y cardos y ortigas tumben postreras
azoteas.


Poeta en Nueva York se compone entre 1929 y 1930. Surge a raíz de la estancia de Lorca en Norteamérica, que le inspira estos poemas en los que denuncia la deshumanización de la gran ciudad. La negritud aparece como representante de la naturaleza en un mundo deshumanizado.
“En Nueva York, los únicos que tienen alma son los negros” Dice Lorca en uno de sus poemas. Lorca ve similitudes entre los negros y los gitanos, un grupo marginado que guarda las esencias de lo humano en medio de la deshumanización del mundo civilizado.


Trayectoria teatral.

Lorca se nutrió de diversas tradiciones teatrales. Tuvo en cuenta el drama rural de épocas anteriores, leyó a los clásicos españoles (Lope de Vega y Calderón de la Barca)
y no olvidó los ecos de la tragedia griega o a Shakespeare. Igualmente, cultivó en su
teatro la prosa y el verso, así como diversidad de géneros y formas.

Obras teatrales

García Lorca fue un apasionado del teatro. No solo fue autor, sino también director e incluso actor. Fue además un gran renovador del teatro español, a pesar de que su temprana muerte le impidió seguir ejerciendo esta labor. En su época existía un teatro comercial que repetía fórmulas de éxito y un teatro renovador, como el de Valle Inclán, que resultaba tan novedoso y provocador que no se pudo nunca representar en su época. Lorca consiguió hacer un teatro de éxito, renovador y de una altísima calidad literaria.  En la mayor parte de sus obras, las protagonistas son mujeres y de un modo u otro en todas aparece el tema del enfrentamiento a las convenciones sociales y la rebeldía frente a las normas vigentes. Lorca es un hombre de teatro, que escribe para que sus obras se representen. Casi todas sus obras fueron estrenadas con gran éxito en vida del autor, salvo las dos más vanguardistas y  La casa de Bernarda Alba, finalizada solo un mes antes de su asesinato y que se estrenó ya póstumamente. En 1945 en Buenos Aires y en 1950 en Madrid. Estas son las principales:

Mariana Pineda (1927) Drama en verso sobre la vida y muerte de una heroína de la causa liberal ajusticiada por Fernando VII en Granada, a los 26 años.
La zapatera prodigiosa (1930) Farsa de ambientación popular y andaluza, sobre una joven casada con un hombre mayor que ella, con muchos elementos líricos y simbólicos
El público (1930)  Sobre la homosexualidad masculina. Con muchos elementos surrealistas. Se ha considerado una de las mejores obras dramáticas del siglo XX. No se estrenó hasta 56 años después. 
 Así que pasen cinco años (1930). Como la anterior, teatro experimental, de vanguardia. Muy difícil. Se llegó a considerar irrepresentable. No se estrena hasta 1975.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores (1935). Drama con fragmentos poéticos ambientada en Granada. 
Las más importantes son las tres siguientes, con rasgos comunes que han hecho que se las considere casi una “trilogía andaluza” son:
Bodas de sangre (1933): Ambientación similar al Romancero gitano. Un joven ya casado irrumpe en la boda de una antigua novia, consigue reavivar en ella la pasión y ambos se  escapan juntos después de la ceremonia.
Yerma (1934): Tragedia de una mujer casada con un hombre al que no ama y que ni siquiera es capaz de hacerle realizar su sueño de ser madre.

La casa de Bernarda Alba (1936) Se considera la auténtica culminación del teatro lorquiano, en cuanto a dominio y perfección en el uso de las técnicas dramáticas.

La casa de Bernarda Alba fue la última obra dramática escrita por Federico García Lorca. El autor la terminó de escribir en junio de 1936, dos meses antes de morir asesinado. Se estrenó en Buenos Aires en 1945; en España se representó por primera vez en 1950, en un montaje muy marginal. La primera representación importante fue en 1964, a causa de que García Lorca fue un poeta proscrito por el franquismo.


Se trata de  la obra culminante de Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos de sus obras anteriores y junto con Bodas de sangre y Yerma, conforma en cierto sentido una trilogía de tragedias andaluzas, pues las tres tienen muchos  elementos en común: universalidad dentro del ámbito geográfico andaluz, concepción trágica del conflicto y tono poético.

Sin embargo, esta obra presenta algunas diferencias respecto a   las anteriores, como son un mayor realismo en los diálogos y las situaciones, la eliminación del verso: aunque se trata de una obra muy poética, Lorca quiere que su obra se considere drama y no tragedia, es decir, que trata de que sea lo más realista posible, de modo que la poesía surge de las situaciones y los diálogos, y siempre está justificada por la propia trama.



miércoles, 8 de noviembre de 2017

COMENTARIO BERNARDA ALBA

(Al salir, Martirio mira fijamente a Adela)

 ADELA .- ¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son frescos, y mis espaldas, para que te compongas la joroba que tienes, pero vuelve la cabeza cuando yo pase. (Se va Martirio).

 PONCIA - ¡Adela, que es tu hermana, y además la que más te quiere!

ADELA.- Me sigue a todos lados. A veces se asoma a mi cuarto para ver si duermo. No me deja respirar. Y siempre: "¡Qué lástima de cara! ¡Qué lástima de cuerpo, que no va a ser para nadie!" ¡Y eso no! Mi cuerpo será de quien yo quiera!

 PONCIA.- (Con intención y en voz baja) De Pepe el Romano, ¿no es eso? ADELA.- (Sobrecogida) ¿Qué dices?

 PONCIA.- ¡Lo que digo, Adela!

ADELA.- ¡Calla! PONCIA.- (Alto) ¿Crees que no me he fijado?

ADELA.- ¡Baja la voz!

 PONCIA.- ¡Mata esos pensamientos!

 ADELA.- ¿Qué sabes tú?

 PONCIA.- Las viejas vemos a través de las paredes. ¿Dónde vas de noche cuando te levantas? 
 

ADELA.- ¡Ciega debías estar!

PONCIA.- Con la cabeza y las manos llenas de ojos cuando se trata de lo que se trata. Por mucho que pienso no sé lo que te propones. ¿Por qué te pusiste casi desnuda con la luz encendida y la ventana abierta al pasar Pepe el segundo día que vi no a hablar con tu hermana?

ADELA.- ¡Eso no es verdad!

PONCIA.- ¡No seas como los niños chicos! Deja en paz a tu hermana y si Pepe el Romano te gusta te aguantas. (Adela llora.) Además, ¿quién dice que no te puedas casar con él? Tu hermana Angustias es una enferma. Ésa no resiste el primer parto. Es estrecha de cintura, vieja, y con mi conocimiento te digo que se morirá. Entonces Pepe hará lo que hacen todos los viudos de esta tierra: se casará con la más joven, la más hermosa, y ésa eres tú. Alimenta esa esperanza, olvídalo. Lo que quieras, pero no vayas contra la ley de Dios.

 FEDERICO GARCÍA LORCA, La casa de Bernarda Alba

1. Valoración personal del fragmento y la obra [1,5punto].

2. Análisis de los personajes que intervienen en el fragmento, su caracterización y sus relaciones en la obra y en el fragmento (1,5 puntos)
3. Estructura de la obra y contextualización del fragmento en la obra (1,5)
4. Análisis morfológico de todas las formas verbales [1,5 puntos].
5. Clasificación de los adjetivos del fragmento (1,5)

6. Análisis sintáctico global del fragmento:
Me sigue a todos lados; a veces se asoma a mi cuarto para ver si duermo y me dice que tiene lástima de mi cuerpo, que no va a ser de nadie; pero mi cuerpo será de quién yo quiera.

 [2 puntos].


 El plazo de entrega del comentario concluye el próximo domingo 19 de noviembre